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Mostrando entradas de julio, 2013

El tiempo de cantar llegó

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No os conforméis a este siglo, sino transformaos

Los creyentes debemos tener un gran deseo de agradar a Dios con amor, devoción, adoración y santidad, ofreciendo el cuerpo a su servicio. No os conforméis a este siglo, sino transformaos.  Pablo comunica que el sistema de éste mundo está bajo el dominio de satanás (Jn 12:31, 1Jn 5:19), oponerse a las populares  formas del espíritu de este mundo, y proclamar en el nombre de Cristo las verdades eternas  y las normas justas de la Palabra de Dios (1 Co 1:17-24), despreciar lo malo y amar lo justo (1 Jn 2:15-17) no contaminarse con tipos de mundanalidad que constantemente rodean a la iglesia (avaricia, egoísmo, conveniencia, maniobras de poder, manipulaciones, envidia, odio, venganza, inmoralidad, teorías del mundo, llevando el mundo secular a la iglesia convirtiendo su doctrina en fábula haciendo que la fe poco a poco se seque). Debemos de tener la mente en Cristo (1 Co 2:16) mediante la lectura de la Palabra de Dios y meditar en ella, sometiendo los planes y metas a criterios cel

Velemos y seamos sobrios

Velar significa estar despierto y vigilante, espiritualmente es estar preparados a fin de escapar de la ira de Dios, el mantenerse espiritualmente despierto, permanecer en  la fe, en el amor y en la esperanza de salvación. Seamos sobrios, atentos, en continencia, dominio propio, espiritualmente alerta y en sano juicio. Una razón por la cual la esperanza del retorno de Cristo es un consuelo para los creyentes, es que Él nos libra de la terrible ira de Dios, de los juicios del día del Señor. Pablo identifica la esperanza de salvación y la liberación del día de la ira de Dios con la muerte de Cristo y su venida para llevarse a los creyentes a vivir junto a Él. Orar es permanecer en la presencia del Padre, pidiéndole su gracia y bendición. Debemos orar incesante y en todas las ocasiones de día / noche (Lc 18:1, Ro 12:12, Ef 6:18, Col 4:2). 1 Tesalonicenses 5:5 Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.  5:6 Por ta

Digno es el Señor

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Poned la mira en las cosas de arriba

Poned la mira en las cosas de arriba Colosenses 3:1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Salmos 110. 1 3:2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.  3:3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.  3:4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Salmo de David. 110:1 Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.  Mateo 22. 44, Marcos 12. 36, Lucas 20. 42-43, Hechos 2. 34-351, Corintios 15. 25, Efesios 1. 20-22, Colosenses 3. 1, Hebreos 1. 13, Hebreos 8. 1, Hebreos 10. 12-13. Salgamos todos de la religión descendiente de Babel a la tierra que Dios nos muestra, una tierra nueva en la que Él está con nosotros, debemos encontrar una relación íntima y genuina con Dios, hemos de abrirle nuestros corazones porque Cris

Bástate mi Gracia

Mientras el creyente se acerque a Cristo, éste le concederá su fortaleza celestial. Las debilidades son motivo de satisfacción para los que logran ver el valor eterno que tienen, porque en las necesidades, en angustias, entonces soy fuerte al reposar sobre mí el poder de Cristo, porque cuando soy débil entonces soy fuerte, el poder de Cristo permanece en los creyentes en los cuales vive durante su peregrinaje en esta tierra rumbo al hogar celestial. La gracia es la presencia, el favor y el poder de Dios. Es una fuerza, la fortaleza celestial que se les da a los que invocan a Dios. Disfrutaran de esa gracia los creyentes fieles que aceptan sus debilidades y dificultades por causa del evangelio. La palabra aguijón.- Da idea de dolor dificultad, sufrimientos, humillación, debilidades físicas. A Pablo se le dio ese aguijón para evitar se volviera presumido a causa de las revelaciones que había recibido (se atribuye a la actividad demoníaca, permitida pero controlada por Dios).

La casa de Dios

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El justo y los pecadores

El justo y los pecadores Dios reconoce a cada uno en un conjunto propio de principios por los cuales vivir: 1. Los piadosos, que se caracterizan por la justicia, el amor, la obediencia a la palabra de Dios y la separación de la comunión  con el mundo. 2. Los impíos, que representan los caminos y el consejo del mundo, que no guardan la palabra de Dios, y por consiguiente no tienen parte en la asamblea del pueblo de Dios. Dios conoce y bendice a la persona piadosa, pero los impíos no tienen parte en el reino de Dios. La separación entre esas dos clases de personas existirá a lo largo de la historia de la redención y hasta la eternidad. Los verdaderos creyentes pueden distinguirse por las cosas que no hacen, los lugares a donde no van y las personas con las que no se asocian. Ninguna persona puede experimentar la bendición de Dios sin apartarse de las cosas perjudiciales o destructivas. Los bendecidos por Dios además fundamentan su vida en la Palabra del Señor. Pro