MANTENER LA BENDICIÓN



Ser bendecidos por Dios significa tener Su favor, Su bondad, Su providencia en nuestras vidas, en nuestras familias, ministerios, iglesias, trabajos.

En los ordenadores hay programas que automatizan y corrigen cuando se cometen errores de ortografía. Si se escribe una palabra con minúscula que debe ir con mayúscula, automáticamente te la marca o te la corrige.

Uno de estos programas cuando se escribe el nombre de Dios con minúscula te lo corrige automáticamente y lo escribe con mayúscula.

Nosotros deberíamos de poner en nuestra vida a Dios en mayúscula y en primer lugar entre otras cosas. Dios debe de ir en primer lugar y en mayúscula por que es Él el único y centro de toda nuestra vida.

Si decidimos escoger la bendición de Dios, la debemos mantener.

Para mantener las bendiciones :

Debemos decidir para TODA la vida: Muchos cristianos quieren mantenerse en bien en las cosas de Dios, pero solo por un tiempo y no son perseverantes en la visión de toda la vida.

La Biblia dice que estas personas son como “las olas del mar” que vienen y van. Permanece, ya que Dios tiene una vida de bendiciones y no por un poco tiempo.

Dan 1:5 Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. -6 Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. -7 A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego. -8 Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.

Daniel decidió no contaminarse con lo que escuchaba en la casa del rey, permaneció firme en esta decisión desde el inicio hasta el final.

Hay cosas que no edifican la vida y no debemos contaminarnos.

Hablar de cosas que edifiquen nuestras vidas y la de los demás.

Daniel y sus amigos tenían un discurso o manera de hablar diferente. Ellos se mantuvieron firmes en la fe a Jehová hasta el final a pesar de los momentos de dificultad.

El que propone en su corazón y decide recibir la bendición toma y halla la gracia y el favor de Dios. Si decidimos bien, Dios va a estar con nosotros a donde vayamos.

Daniel decidió no contaminarse con la cultura babilónica y lo que el rey quería para ellos. Dios le dio gracia y favor para que lo pudiera hacer.

Aún cuando prohibió el rey que oraran a Dios, Daniel se mantuvo firme en su oración. Él no solo tomó esa decisión para ese momento sino para el resto de su vida.

Las adversidades no deben servirnos de pretexto para no avanzar en la vida, más bien, debemos superarlas para ir madurando, fortaleciendo y hacernos mejores personas, reconociendo que Dios está en control de todo. Dios es soberano.

Si algo malo sucede en la vida debemos mantener una buena actitud ante esta situación ya que tu sabes que algo se va a accionar y verás la gloria de Dios. Pon una buena actitud, decide bien.

No permitas que lo externo afecte lo interno. Tampoco permitas que nadie se quede con tus bendiciones, tienes que creer, luchar y batallar hasta ver la gloria de Dios.

La Palabra dice: Todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios.

En el amor a Dios todas las cosas unen en poder para activar las bendiciones en tu vida, más de lo que puedas imaginar.

Hay muchas cosas contrarias en nuestra vida.

Pero hay muchas otras que se asocian para bendecir y llegan a aquellos que permanecen con una buena actitud.

Una buena actitud acciona las bendiciones.

Pablo y Silas estaban predicando fueron encarcelados. Ellos sabían que todas las cosas tienen un propósito y ayudan a bien. Su actitud fue ponerse a alabar y adorar en vez de reclamarle a Dios.

Su actitud fue de agradecimiento, glorificando a Dios. Y lo que hicieron fue ponerse a hacer lo mismo por lo que los apresaron.

Sabían que algo extraordinario sucedía cuando permanecían en la fe creyendo a Dios. Y un estruendo pasó. Hubo un temblor, las paredes de la cárcel se cayeron y ellos fueron libres.

Debemos ser agradecidos: por eso David decía “bendice alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios” que no se nos olvide lo que Dios ha hecho en nuestra vida.

La gratitud siempre debe de ser mayor que las peticiones. Todos los días recuérdale a tu alma de dónde te sacó Jesús. De dónde nos sacó el Señor, del muladar y nos transformó en limones preciosos.

Dios nos ha prosperado, bendecido y dado tanta gracia y favor a nuestra vida. No puedes olvidarte de lo que Él ha hecho por ti, por mi por todos nosotros.

El que está agradecido, siempre tiene una buena actitud. No debemos buscar a Dios sólo cuando estamos mal, si no en todo momento y vivir siempre agradecidos, bajo la cobertura de su manto, su bendición, su dirección, su gracia, su Palabra.

El que tiene gratitud da. Expresa tu gratitud.
Es Dios quien te lo ha dado todo.

Luc 17:11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. -12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos -13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! -14 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. -15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, -16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. -17 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? -18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? -19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

Habiendo señalado que la bendición viene por la obediencia, Moisés les explica que para mantener esa bendición debemos cuidarnos de no olvidar a Dios…

(Deu. 11:16-17) Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos; y se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os da Jehová.

Moisés vuelve a repetirles cómo pueden guardarse de no olvidar…

(Deu. 11:18-21) Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas; para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.

La forma de evitar olvidar es enseñar a los hijos y tener un recordatorio a plena vista en la casa.

Mandamientos (Caps. 6-11): norman nuestra relación con Dios. Es la voluntad de Dios.
Curiosamente, la palabra “mandamientos” en el versículo 6:1, en hebreo se encuentra en singular: Mitzvá.

El primer mandamiento : Amar a Dios. Amor y temblor.
(Deu. 6:4-6) Escucha, oh Israel, el SEÑOR es nuestro Dios, el SEÑOR uno es. Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Y estas palabras que yo te mando (heb. M’tzaveja) hoy, estarán sobre tu corazón.

(Deu.11:22) Porque si guardáis cuidadosamente todo este mandamiento (heb. Mitzvá) que os ordeno para cumplirlo, amando al SEÑOR vuestro Dios, andando en todos sus caminos y allegándoos a El…

Algunas personas han llegado a creer que estos recordatorios son fuente de bendición (siendo unos amuletos objetos), y esto puede ser un peligro, ya que la bendición viene por la obediencia, y los recordatorios simplemente sirven para ayudarnos a recordar eso.

En la entrada de mi casa puede haber un cartel donde ponga yo y mi casa servimos a Jehová. Ese recordatorio de nada sirve si no obedecemos a Dios (Mitzvá). En espíritu y verdad.

La obediencia es central y determinante. Si obedecemos a Dios, Él nos bendecirá—y esto incluye ayudarnos a vencer a los enemigos y darnos todo lo que Él nos ha prometido…

(Deu. 11:22-25) Porque si guardareis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo para que los cumpláis, y si amareis a Jehová vuestro Dios, andando en todos sus caminos, y siguiéndole a él, Jehová también echará de delante de vosotros a todas estas naciones, y desposeeréis naciones grandes y más poderosas que vosotros. Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Eufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio. Nadie se sostendrá delante de vosotros; miedo y temor de vosotros pondrá Jehová vuestro Dios sobre toda la tierra que pisareis, como él os ha dicho.

TÚ ELIGES: LA BENDICIÓN O LA MALDICIÓN

Sin duda alguna, Dios quiere bendecir a Su Pueblo; eso es lo que está en su corazón. Sin embargo, no todo depende de Él, ya que la opción es de cada persona:

(Deu. 11:26-28) He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido.

Dios dio libre albedrío al ser humano; nos dejó la posibilidad de escoger entre obedecerle o no. Lo que debemos estar conscientes es que esta decisión tendrá repercusiones. Si obedecemos, vendrá bendición; pero si desobedecemos, nos alcanzará la maldición. Éstas son las reglas de la vida.

Todo me es lícito, pero no todo edifica. Todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna. Ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerias, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. La ganancia deshonesta no conviene.

En cambio tenemos mucha libertad en Cristo para mandarnos lo que conviene.

Para hacerlo gráfico, el Señor pidió a Moisés que pusiera unas señales en ciertos montes de Israel…


DOS MONTES POR SEÑAL

Como recordatorio de las consecuencias de la obediencia y la desobediencia, el Señor le pidió a los israelitas que pusieran unas señales en dos montes: Ebal y Gerizim.

(Deu. 11:29-30) Y cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra a la cual vas para tomarla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim, y la maldición sobre el monte Ebal, los cuales están al otro lado del Jordán, tras el camino del occidente en la tierra del cananeo, que habita en el Arabá frente a Gilgal, junto al encinar de More.

Las señales en estos montes servirían como recordatorios para que Israel no olvide obedecer a Dios.

(Deu. 11:31-32) Porque vosotros pasáis el Jordán para ir a poseer la tierra que os da Jehová vuestro Dios; y la tomaréis, y habitaréis en ella. Cuidaréis, pues, de cumplir todos los estatutos y decretos que yo presento hoy delante de vosotros.

Dios le dio la Tierra Prometida a Israel, no para que ellos hicieran lo que quisieran allí sino para que vivieran como Dios manda y sirvieran así de ejemplo a todas las naciones del mundo. Ese es su llamado: ser luz al mundo (Mateo 5:14-19).

El propósito de Cristo es que se cumpla el Mitzvá, la ley de Dios en su pueblo. Será determinante cada posición del creyente en el reino de los cielos por la actitud con respecto a la voluntad de Dios, la ley, por sus enseñanzas y testimonio de ellas. En espíritu y verdad.

Somos llamados a ser luz en Cristo, por la fe en Él podremos vivir mediante el Espíritu de Dios. Ser transformados en el corazón y espíritu. Somos liberados cada vez más del poder del pecado y ahora somos esclavos de Dios.

Jesús enseñó con énfasis que el hacer la voluntad del Padre celestial es una condición permanente para entrar en el reino de los cielos.

Ahora su remanente es sal en el mundo, dando ejemplo de piedad y resistir la decadencia moral y la corrupción de la sociedad. Peleando la buena batalla en la Palabra, oración, ayuno, alabanza, obediencia a Dios, dando buenos frutos, en gozo y libertad en Cristo. En victoria.

Cualquier iglesia que se vuelva tibia, apague el poder del Espíritu Santo y deje de resistir el espiritu que prevalece en el mundo, será arrojada por Dios.


Ap 3:15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! -16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 

Entradas populares de este blog

Eliseo y la Sunamita ( siete estornudo, siete años)

LAS VESTIDURAS

El Espíritu Santo revela a Cristo