La fe y el amor son inseparables



1 Ju 5:1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. 2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. 3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. 4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Cuando nacemos de Dios, el Espíritu Santo vierte el amor de Dios en nuestros corazones

Ro 5:4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5:5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.  5:6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.

La fe vence al mundo, es la que ve las realidades eternas, conoce el poder de Dios y ama tanto a Cristo que los placeres pecaminosos del mundo, valores seculares, tradiciones impías y el materialismo pierden atractivo, y se contempla con pena.

El amor a los demás es el genuino amor cristiano sólo si va acompañado del amor a Dios y de la obediencia a sus mandamientos. La Palabra de Dios es inmutable y la verdad absoluta.

La vida eterna está en el Hijo de Dios, y no se puede recibir de ninguna otra manera. Él es el único camino y la vida. Los profetas anunciaron la obra del siervo de Dios, el Renuevo, el nuevo vástago que llevaría los pecados como ofrenda por el pecado y consumaría la redención de los seres humanos. Derrotó al contrario al tomar las vestiduras sucias de los pecados del mundo sobre si y al morir en lugar de los pecadores. Cristo quitaría el pecado en un solo día, el día que Él hizo el sacrificio expiatorio en la cruz.

Ju 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Ju 15:4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Es un grave error creer que se tiene vida eterna con la única experiencia pasada o con una fe muerta. Sin fe es imposible agradar a Dios.

No se puede resistir al adversario con vestiduras sucias y malolientes. En tal caso Dios te puede llevar como tizón arrebatado del incendio, de la calamidad, de los sufrimientos, no para destrucción sino para disciplina y capacitación de llevar a cabo los propósitos de Dios.

El que dice yo lo conozco y no guarda sus mandamientos es mentiroso. Pero el que guarda sus mandamientos, su Palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado, por esto sabemos que estamos en Él, somos transformados, somos mejores personas. Estamos en su barca y Cristo está en nuestros corazones.

La oración eficaz está relacionada con obedecer, amar y agradar a Dios, son condiciones indispensables para recibir lo que se pide en oración (Jn 8:29; 2Co 5:9; Ef 5:10; He 13:20-21).

Se puede tener libre acceso a los atrios del cielo mediante la oración, sólo si andamos en los caminos de Dios.

He 13:20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 13:21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Se tiene seguridad de vida eterna cuando se ama al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo y no al mundo. El mundo tiene tanta fe en el mundo que se olvida de Dios. No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

Se tiene seguridad de la vida eterna si se anhela la justicia y no se practica el pecado. Si se ama a los hermanos…Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de Él.

1 Ju 2:29 Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.

Se tiene seguridad de la vida eterna si hay conciencia de que el Espíritu Santo vive en todo el que cree. En esto sabemos que Jesucristo permanece en nosotros, por el Espíritu Santo que nos ha dado.

1 Ju 3:24 Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

Se tiene seguridad de la vida eterna si se hace el esfuerzo por seguir el ejemplo de Cristo y vivir como Él vivió. El que dice que permanece en Él debe andar como Él anduvo. Creemos en el Cristo vivo, en el Verbo de vida. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.

Se tiene seguridad de la vida eterna si existe anhelo ferviente y una esperanza inamovible en la venida de Cristo para llevarse a su iglesia.

Por eso es importante estudiar la Palabra de Dios y aferrase a ella, nuestra alma y destino eterno dependen de ello. Tendremos salvaguarda contra el error doctrinal. El estudio de la Palabra nos ayuda a entender sus verdades redentoras, para aprender unos de los otros, mediante la enseñanza y la exhortación mutua.

La tolerancia a las doctrinas que no son bíblicas permite que muchos falsos profetas y burladores se infiltren en las iglesias. Nunca se debe suponer que un ministerio o experiencia espiritual procede de Dios sencillamente porque alguien lo afirma. Toda enseñanza, mensaje debe compararse con la revelación de la verdad de Dios en las escrituras, respaldada con buena exégesis bíblica. Cuando alguien afirma que su obra proviene del Espíritu Santo, debemos pedir confirmación a Dios.

El misterio de la persona de Jesús es que su plena humanidad y su plena divinidad se encuentran juntas en una única persona, Jesús es tan Dios como el Padre y tan hombre como nosotros y las dos naturalezas no se mezclan ni se separan, manteniendo cada una sus características inconfundibles.

Jesús tiene la soberanía sobre todas las cosas Mat 11:27.

Mat 11:27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

Jesús es el Señor Mat 22:41-46

Jesús tiene más autoridad que la ley divina Mrc 2:28; Mat 5:21,22;

Mrc 2:28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.

Jesús es el Hijo Unigénito de Dios Ju 3:16,31

Jesús se presenta como igual a Dios Ju 5:17,18

Ju 5:17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. 18 Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

Jesús mismo testifica su origen eterno Ju 8:14

Ju 8:14 Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a dónde voy.

Perdona pecados,  da descanso al alma, exige fe personal y amor por El mismo, todas las cosas quedan en un segundo plano al lado de Jesús,  Jesús decide acerca del paraíso, el juicio está en Su poder (Mat 7:21-23; Ju 5:22,27).

Ju 5:22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, 23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.

Jesús es El creador, El sustentador, El perdonador y El autor de la vida.


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