Jesús ora por sus discípulos


Ju 17: 11-19

La última oración de Jesús por sus discípulos demuestra los más profundos anhelos del Señor por sus seguidores.

Jesús revela que el único motivo por la perdición de Judas es para que se cumplan las Escrituras (Salmo 41:9).

Sal 41:9 Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, Alzó contra mí el calcañar.

También es un ejemplo inspirado por el Espíritu Santo de cómo todo pastor debe orar por la congregación y todo padre cristiano por sus hijos.

Al orar por los que están bajo tu cuidado, los principales anhelos son:

  • Que tengan conocimiento íntimo de Jesucristo y su Palabra,
  • Que Dios los proteja del mundo, del contrario, de las falsas doctrinas, y que Dios no permita que se aparten de Él,
  • Que tengan siempre dentro de sí la medida completa de la alegría de Cristo,
  • Que pongan la disposición a ser transformados en santidad, en pensamiento obra y carácter,
  • Que sean uno alineados en el Padre, Hijo y Espíritu Santo y en koinonia con otras almas en Cristo,
  • Que perseveren en la fe en Cristo, en su amor y en su presencia.

El participar en la esencia divina por medio de Cristo es una calidad de vida muy especial, hace de la vida eterna una realidad presente.

Una fe viva de la comunión en Cristo depende del diario vivir bajo la dirección del Espíritu Santo (Gá 6:8).

Gá 6:8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

Sin tener la comunión en Cristo, viviendo en inmoralidad, en injusticia, no se puede heredar en el reino de Dios, porque la consecuencia del pecado es la muerte espiritual aún para el creyente. Nadie puede vivir siempre deseando deleite inmoral y aún así heredar el reino de Dios. Según Pablo la salvación sin la obra regeneradora y santificadora del Espíritu Santo no tiene lugar en la teología de Pablo y en los profetas del AT.

Ez 13:9 Estará mi mano contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y sabréis que yo soy Jehová el Señor.  13:10 Sí, por cuanto engañaron a mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo paz; y uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto, 13:11 di a los recubridores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia torrencial, y enviaré piedras de granizo que la hagan caer, y viento tempestuoso la romperá.  

Jesús desea que cada uno de sus seguidores captemos que no pertenecemos al mundo. Esto lo sabemos porque hemos recibido para cambio en nuestro ser la Palabra de Dios que no está al alcance del hombre natural. No vamos a tener ninguna influencia en el mundo mientras que estemos cómo el mundo.

Jesús se santificó al separarse para hacer la voluntad de Dios, morir en la cruz. Sufrió en el calvario a fin de que podamos separarnos del mundo y consagrarnos para Dios.

La unidad por la que oró Jesús no era organizacional, sino una unidad basada en permanecer en Cristo, ser uno constantemente, la unidad mutua con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y en la misma actitud hacia el mundo, la Palabra viva para activar el avivamiento a los corazones que buscan a Dios.

El intentar una unidad artificial mediante reuniones, convenciones no es la misma unidad por la que Jesús oró. Por lo que Jesús oró es mucho más que reuniones de unidad artificial. Es una unidad espiritual de corazón, propósito, mente y voluntad en los que están plenamente dedicados a Cristo, a la Palabra y a la santidad.

Jesucristo durante tres años reveló el nombre del Padre a sus discípulos. El nombre en la biblia está relacionado con su naturaleza, ejemplo Jacob quiere decir engañador, Moisés el que es salvado de las aguas, Abraham padre de una muchedumbre de pueblos, así Jesús reveló el poder del Padre que está en los cielos en el nombre de Yahvé.

Cuando Jesús llamó a Lázaro todo el mundo se dio cuenta que Él tenía el poder entre la vida y la muerte. Es Dios quien nos da la vida y quien en algún día nos podrá resucitar, las obras que hago las hace el Padre a través de mí.

Yo soy el camino, el pan de vida, la resurrección y la vida… Cuando Jesús se apropia del Yo soy, el nombre de Yahvé, los israelitas se enojaron y comenzaron su persecución.

Todas las cosas que me has dado proceden de Ti. Los apóstoles comienzas a conocer que realmente es el Mesías esperado por Israel. Hasta entonces no estaba muy claro quién era Jesús. Simón hijo de Jonás tuvo la revelación de quien era Jesús.

Mat 16:15 Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?  16:16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.  16:17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

A Jesús le interesa que piensas tú de Él. El cristiano viene a Cristo y se hinca delante de Él, eres mi Señor, mi luz, mi redentor. Todas las cosas proceden del Padre, todas las Palabras que me diste ellos las recibieron.

Hay gran diferencia entre oír y recibir. Quien la recibe, la recibe en el corazón, y a través de las obras actúas según lo que ha recibido de la Palabra. Cristo dice que sólo los discípulos reciben sus Palabras y las guardan en el corazón.

Mat 7:19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 7:20 Así que, por sus frutos los conoceréis. 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

La voluntad revelada de Dios es que todos se salven, y que ningún creyente salvado caiga de la gracia. Esto no quiere decir que todo el mundo será salvo, sino sólo que Dios desea la salvación de todo el mundo.


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