Nuestro evangelio está aún encubierto?

2 Corintios

4:1 Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos.
4:2 Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.
4:3 Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto;
4:4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
4:5 Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.
4:6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.

Nuestro evangelio está aún encubierto?
Vivimos en la verdad de Cristo?

Pablo estaba tan convencido del evangelio de Cristo que veía claramente que aquellos que no creen están bajo la esclavitud, la palabra de Dios es tan elocuente que Dios no necesita del razonamiento humano, no se puede estar a la defensiva cuando se está en primera fila de la batalla, Pablo traía una revelación de Dios y cada una de sus palabras eran un reto para los hombres, ésta es la palabra de Dios, tienen que creerla porque sino lo hacen incurrirán en pecado y probaran que están perdidos bajo influencia del contrario.

Cuando el evangelio era predicado en ese estilo real prevalecía con poder y superaba toda oposición, algunos ponían objeciones, pero los mensajeros de Dios seguían declarando el evangelio glorioso, decían eso viene de Dios si creen serán salvos, si lo rechazan serán condenados, hablaban como hombres que creían en su mensaje y dejaban a los incrédulos sin excusa alguna.

El evangelio es la buena nueva, algo nuevo y tan bueno que nada lo pueda igualar, son las buenas noticias de misericordia para nosotros culpables, las benditas nuevas de que Dios baja al hombre para que el hombre pueda subir a Dios las nuevas de bienvenida de la expiación hecha por la culpa humana. 

El intelecto humano nunca lo hubiera podido inventar, ni siquiera los ángeles podrían diseñar un plan tan justo para Dios y seguro para el hombre. Debemos mostrar la buena noticia de que hay un Salvador.

Cree en el Señor Jesús y serás salvo. El ministro debe predicar a Cristo y exhortar a los pecadores a confiar en Él.

No podemos predicar el evangelio del hombre, porque sin Cristo, es como preparar la cena con hermoso mantel y con preciosa vajilla pero sin tomar su más preciado alimento que nos transforma, sana y vivifica. 

Cristo les dijo a los fariseos hipócritas, y al pueblo de Israel haced lo que os dicen pero no hagáis lo que ellos hacen, pues los hipócritas de corazón atesoran para sí la ira, demudan su rostro para mostrar a los hombres que ayunan, dan limosna tocando trompeta, más no pueden distinguir las señales de los tiempos.

Mateo 23:13 Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.

Sólo Cristo es el sacerdote de su iglesia y dónde no lo es, Él está a la puerta para que circuncidemos el corazón, no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Y dijo Dios: Sea la luz y fue la luz. Y vio que la luz era buena; y separó la luz de las tinieblas. La luz de naturaleza divina que resplandece en las tinieblas y es el conocimiento y gloria de Cristo, que sana con su amor y resplandece a toda criatura que circuncida su corazón, abre su corazón a Dios como humilde morada para que el Señor nos transforme con su santa palabra. 

Los astros iluminan las cosas que se ven, su luz creada por Dios es de origen orgánico y necesitamos protección pues su intensidad nos quemaría, pero la luz de Dios puede resplandecer en nuestros corazones y darnos vida en Cristo, sólo si entendemos el evangelio en el poder del Espíritu Santo.

Los que no se someten a Cristo permanecen bajo influencia del contrario, sin embargo su gobierno es temporal y condicional, pues él ciega los ojos a la verdad y a la gloria del evangelio para que no sean salvos.

Debemos atar esa actividad mediante la intercesión y la predicación del evangelio en el poder del Espíritu (Hch 1:8) a fin que las personas oigan, entiendan y decidan si creer o no en el poder y el amor de Dios.

El propósito principal del Espíritu es el de recibir poder en acción para testificar con gran eficacia acerca de Cristo, y anhelar que sea recibido por las almas, con el fin de aceptar a Cristo como su luz de vida y Salvador, sea la única guía de nuestras vidas obedeciendo su voluntad, todos los caminos de Dios son para bien, así Cristo podrá ser conocido, amado y hecho Señor del pueblo escogido de Dios. 

El poder en el Espíritu Santo no sólo imparte poder para predicar a Jesucristo como el Mesías Salvador, sino que incrementa la eficacia de ese testimonio, debido a la relación Padre, Hijo y Espíritu Santo que se fortalece y profundiza en todo ser lleno del Espíritu de Dios que descubre y hace más palpable para él la presencia de Jesucristo, y cualquier testimonio de una íntima comunión con Cristo resultará en el deseo cada vez más intenso de amar, honrar y agradar al Salvador. El Espíritu Santo testifica de justicia (Jn 16:8,10) y de verdad (Jn 16:13) que glorifican a Cristo, no sólo de palabras sino de obras.

Los que han recibido el testimonio del Espíritu acerca de la obra redentora de Cristo necesariamente manifestaran semejanza a Cristo, amor, verdad y justicia en su vida (1 Co 13).


Dios les bendiga

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