En intimidad con Dios


Daniel

2:16 Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey. 
2:17 Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros, 
2:18 para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia. 
2:19 Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo. 
2:20 Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. 
2:21 El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. 
2:22 El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz. 
2:23 A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey.


El anhelo más profundo del corazón del humano es intimidad con su creador.

La insatisfacción en la relación con Dios que muchas personas tienen se atribuye a la falta de oración y a la falta de tiempo que invierten para estar en su presencia.

Como cristiano, no existe mayor satisfacción que aumentar la intimidad con Dios, una vida entregada y dispuesta a la oración voluntaria. Acercando tu corazón hacia Dios a través de la oración cambiara por completo tu vida. Una respuesta para cada dificultad que enfrentas, la encuentras en la intimidad con Dios. 

En la intimidad con el Espíritu de Dios quien es nuestro hacedor es donde le abrimos nuestros corazones, hablamos con plena sinceridad de nuestras afecciones, errores, sentimientos, escudriñamos y presentamos todo aquello que sentimos que le debemos presentar, no porque no lo conozca, sino para declararle con voluntad total sinceridad y a Él le agrada, pues no es suficiente el anhelo sino que debemos tomar una acción y disposición para intimar con Jehová, pues Él conoce hasta lo más recóndito de nuestro corazón.

Cuando cerramos la puerta no podemos fingir, no podemos orar para que nos escuche hombre, ni recurrir citas retóricas, letanías, religiosidad, pues Dios no las escucha, cuando entramos en lo secreto es porque aquel sentir del corazón lo presentamos a los pies de Cristo, sin más, con gozo o con tristeza, con oración o alabanza, pero en lo secreto no podemos fingir delante de Dios.

Romanos 1:20 Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

Siempre El Señor responde a las palabras de corazón, te sana, te libera con su compasión y te fortalece y guía tus pasos con sabiduría.

Jeremías

17:10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

Santiago

3:17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 
3:18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

El hombre espiritual, es la persona regenerada, que tiene el Espíritu Santo, esa persona piensa en lo espiritual, conoce los pensamientos de Dios (1 Co 2:11-13) y vive por el Espíritu de Dios (Ro 8:4-17), cree en Jesucristo y se esfuerza por seguir la dirección del Espíritu que vive en ella y resiste los deseos sensuales y dominio del pecado (Ro 8:13-14), esa persona nace de nuevo, se renueva (Ro 12:2) y recibe la justicia de Dios mediante la Fe en Cristo.

En intimidad con Dios.

Buscamos el hombre espiritual, ser regenerados, tener el Espíritu Santo y pensar en lo espiritual, conocer los pensamientos de Dios para con nosotros, vivir por el Espíritu de Dios, creer en Jesucristo y esforzarnos por seguir sus pasos, resistir los dominios del pecado, renovarnos y recibir la justicia de Dios mediante la fe en Cristo Jesús.

Dios les bendiga

Entradas populares de este blog

Eliseo y la Sunamita ( siete estornudo, siete años)

LAS VESTIDURAS

El Espíritu Santo revela a Cristo