El remanente de Dios

Esdras

9:8 Y ahora por un breve momento ha habido misericordia de parte de Jehová nuestro Dios, para hacer que nos quedase un remanente libre, y para darnos un lugar seguro en su santuario, a fin de alumbrar nuestro Dios nuestros ojos y darnos un poco de vida en nuestra servidumbre.
9:9 Porque siervos somos; más en nuestra servidumbre no nos ha desamparado nuestro Dios, sino que inclinó sobre nosotros su misericordia delante de los reyes de Persia, para que se nos diese vida para levantar la casa de nuestro Dios y restaurar sus ruinas, y darnos protección en Judá y en Jerusalén.

Los pueblos de Israel y los sacerdotes y levitas no se habían separado de las tierras de cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos y adquirieron también sus hábitos y abominaciones, dejando los mandamientos de Dios, tomando sus hijas para sí y para sus hijos, mezclando linaje santo con los pueblos de la tierra.

Esdras en aflicción rasgó sus vestidos y avergonzado por las iniquidades del pueblo de Israel se postró de rodillas extendiendo su mano en oración a Dios.

Pero Dios cuidaba que quedase un remanente libre, fiel a Él y a su propósito.

Jeremías
3:12 Ve y clama estas palabras hacia el norte, y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dice Jehová; no haré caer mi ira sobre ti, porque misericordioso soy yo, dice Jehová, no guardaré para siempre el enojo.

Al remanente de Israel que vivía en el cautiverio asirio se les dijo que todavía podían arrepentirse. Dios sigue siendo misericordioso y no quiere castigar para siempre, Jeremías siguió profetizando que un día volvería un remanente a Dios y a la tierra prometida.

Jeremías
3:14 Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo; y os tomaré uno de cada ciudad, y dos de cada familia, y os introduciré en Sion.

La rebeldía es propia del ser humano cuando no siente a Dios en su corazón y sólo Dios puede edificar nuestro corazón a través de su Palabra viva, que transforma y vivifica, que nos lleva a buscar el rostro de Cristo, que nos hace comprender y sentir que existe una eternidad en Dios y que es imperecedera, cuando esto lo sentimos en nuestro corazón ya no podemos dar marcha atrás nos convertimos en su remanente, sólo queda el esforzarnos en diligencia, en la medida que podamos para agradar a Dios, hacer caso a Dios, buscar su misericordia y a través de su palabra y oración, gozarnos en la extensión de su Reino porque estamos atentos a Cristo, lo que Él indica para sus iglesias y a priorizar lo que Él quiere que hagamos, escuchar su voz en nuestro corazón a través de la Palabra, con la mirada atenta al principal ungidor, hacia el Reino de los cielos.

En Hebreos 11: 4-5, son escogidas Abel y Enoc, como los que agradaron a Dios por su fe, estuvieron entre el remanente, pequeño grupo de fieles que se negaron seguir el camino de Caín. En la época del diluvio era malvado el corazón de todo el mundo, sólo quedaron ocho personas que fueron salvadas. Siempre habrá algunos, a veces sólo unos pocos que adoraran a Dios, permanecerán fieles a Él, seguirán su palabra y esperaran sus promesas. Esas personas serán una minoría, pero Dios registra sus nombres, porque en realidad nunca están solas. Todavía Dios tiene a sus millares en toda la tierra que permanecen fieles a Él y a su causa.

Mateo
7:13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
7:14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.



Dios les bendiga

Entradas populares de este blog

Eliseo y la Sunamita ( siete estornudo, siete años)

LAS VESTIDURAS

El Espíritu Santo revela a Cristo