La violencia

Lucas


23:33 Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. 
23:34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
23:35 Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios. 
23:36 Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, 
23:37 y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo. 
23:38 Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS


La muestra de la iniquidad y decadencia del corazón humano es el hecho de que las personas se complacen en la violencia, sangre y muerte.

En muchas manifestaciones culturales el ser humano crea en base a éstas referencias, la violencia suele ser el centro de un guion cinematográfico, o de juegos juveniles. La sociedad moderna ha asimilado con naturalidad todos los perfiles de violencia que el ser humano es capaz de producir.

El mayor pecado de Pilatos fue transigir en lo que él sabía que era verdadero y correcto, sabía que Cristo era inocente.

Jesucristo murió para cambiar ésta actitud y para producir amor y armonía entre los hombres.

Él quiere que veamos con compasión los terribles efectos del pecado en la vida humana y que escuchemos el gemido de sufrimiento de la humanidad.

Las consecuencias de una sociedad guiadas bajo el poder y visión humana son siempre poco compasivas, el hombre acaba imperando y la violencia suele brotar como tiburones que se devoran entre sí aún en la placenta de la madre.

La luz de Cristo nos indica como tenemos que construir nuestros propósitos en base a la Palabra de Dios. La responsabilidad de los padres en cuidarse y cuidar a sus familias contra toda influencia que insensibilice al dolor y a la tragedia de la humanidad.

Jesús entregó voluntariamente su vida a la muerte por amor, sólo por amor y así lo debemos recibir en nuestros corazones.



Dios les bendiga

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