Evangelizar buscando el rostro de Cristo


El propósito principal del bautismo en el Espíritu es el de recibir poder para testificar acerca de Cristo de manera que los perdidos lo acepten como su Salvador y aprendan a obedecer todo lo que Él mando.

La clave para la evangelización y la obra misionera eficaces es la bendición de Dios abundantemente derramada sobre su pueblo. 

En el nuevo testamento el Espíritu Santo es enviado por el Padre al corazón de los creyentes y por medio de Él los creyentes lograran la proclamación a las naciones. (Hch 1:8).

Perseverando unánimes en oración, la experiencia pentecostal siempre incluye la responsabilidad humana. Los que necesitan el derramamiento del Espíritu para recibir el poder para hacer la obra de Dios deben ponerse a disposición del Espíritu Santo mediante el sometimiento a la voluntad de Dios y mediante la oración.

Los ministerios de Jesús y de los discípulos comenzaron después que el Espíritu vino sobre ellos (Mt 3:16, 4:17; Lc 3:21-23, 4:14-19; Hch 2:14-47).

Hechos

1:6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 
1:7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 
1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Dios les bendiga



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