El mensaje del Espíritu de Dios

Pablo estaba muy consciente de las limitaciones humanas, de su insuficiencia personal y del temor y temblor que sentía por dentro, no dependía de sí mismo sino del mensaje del Espíritu de Santo, dando por resultado demostración del poder de Dios.

La verdad central es la redención de Cristo y el poder del Espíritu Santo, es por medio de Cristo que el creyente recibe la sabiduría de Dios y experimenta la justicia y santificación, siempre y cuando el creyente permanezca en Cristo.

Jesús, la vid verdadera, 

Juan

15:1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 
15:2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 
15:3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 
15:4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 
15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 
15:6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.


La obra del Espíritu Santo convence de culpa a las personas por el pecado y da testimonio del poder salvador de Cristo resucitado (Jn 16:8).

Tiene el poder para transformar la vida, el poder para efectuar santidad en el creyente, el poder de Dios que se manifiesta mediante señales y milagros (Hch 2:29-33; 4:29-30).

Cada ministro del evangelio debe pedirle a Dios que mediante su ministerio se trasmita la verdad revelada a través del Espíritu de Dios, su voluntad y sus bendiciones para que las personas sean llenas y ministradas por Dios,sanados y santificados aprendiendo de las enseñanzas de Cristo en obediencia (Hch 3:6; 4:29-30; Mt 28:18-20).

Mediante la revelación del Espíritu Santo, los creyentes podemos llegar a comprender las cosas que Dios ha preparado para los que le amamos, a través de su palabra en la biblia, el Espíritu Santo nos ilumina para que entendamos la verdad, dando una firme seguridad del origen divino de la biblia (Jn 16:13).

Tener la mente en Cristo significa conocer su voluntad, y su propósito y plan de redención. Evaluar y ver la cosas así como las ve Dios, dándole el valor que Él les da, amando lo que Él ama y odiando lo que Él odia, entendiendo la santidad de Dios y lo detestable del pecado, por lo cual cuando el creyente recibe y sigue al Espíritu, cambian sus valores y visión en referencia a la sabiduría del mundo.

Con humildad y sencillez se elogia y se recibe la sabiduría de Dios, sabiendo que es un preciado tesoro del reino de los cielos, el corazón se alegra de tan grande bendición, con honestidad y una clara visión que es la sabiduría de Dios no de hombre, tal grandeza sólo el Señor la pondrá en manos y corazón adecuado a recibirlo, pues en la vanidad y orgullo ya no existe la presencia del Espíritu de Dios, sólo es una fábula. La palabra de Dios se recibe con servicio, sencillez y sensatez.

1 Corintios

2:6 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. 
2:7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, 
2:8 la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. 
2:9 Antes bien, como está escrito: 
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre, 
Son las que Dios ha preparado para los que le aman.Isaias 64. 4
2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 
2:11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 
2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 
2:13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 
2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 
2:15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 
2:16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá?Isaias 40. 13 Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

Dios les bendiga

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