La revelación del Espíritu Santo


Mediante la revelación e iluminación del Espíritu, los creyentes podemos llegar a comprender las cosas “que Dios ha preparado para los que le aman”, a medida que leen y estudian la Biblia, el Espíritu Santo nos ilumina para que entendamos la verdad, el Espíritu da a los que son fieles una firme seguridad del origen divino de la Biblia (Jn 16:13; Ef 1:17).

Pablo sugiere los siguientes pasos por los cuales el Espíritu Santo también inspiró lo que quedó escrito en la Biblia:

Paso 1: Dios quería darle a conocer su sabiduría a la humanidad. Esa sabiduría tenia que ver con la salvación, centrándose en Cristo como la sabiduría de Dios.
Paso 2: Dios ha revelado a la humanidad su verdad y sabiduría sólo por medio del Espíritu Santo, que conoce plenamente sus pensamientos.
Paso 3: Dios les dio revelación a creyentes escogidos mediante la presencia interior del espíritu (Ro 8: 11-15).
Paso 4: Los escritores de la Biblia emplearon palabras “que enseña el Espíritu”. El Espíritu los dirigió en la elección de esas palabras (Is 51:16; Jer 1:9; 36:28-32; Mt 4:4), el Espiritu empleó el vocabulario y el estilo personal y genuino de cada escritor.
Paso 5: Los creyentes espirituales entienden las escrituras divinamente inspiradas al examinar su contenido mediante la iluminación del Espíritu Santo.

Así que el Espíritu de Dios inspiró tanto los pensamientos como la terminología de las Escrituras. No hubo un solo escritor que pronunciara una palabra o frase falsa. El Espíritu Santo protegió la Palabra de Dios de la falsedad y del error.

Tenemos la mente en Cristo al entender la santidad de Dios y lo detestable del pecado, por eso recibimos y seguimos al Espíritu Santo, por ello cambian los valores y visión con relación a métodos y sabiduría del mundo. Tener mente en Cristo significa conocer su voluntad, su propósito y su plan de redención. Significa ver las cosas como las ve Dios, dándole el valor que Él les da, amando lo que Él ama y odiando lo que Él odia (Heb 1:9).

1 Corintios

La revelación por el Espíritu de Dios 

2:6 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. 
2:7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, 
2:8 la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. 
2:9 Antes bien, como está escrito: 
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre, 
Son las que Dios ha preparado para los que le aman. 
2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 
2:11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 
2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 
2:13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 
2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 
2:15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 
2:16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

Cristo les ama,  Amén.


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