La gloria del nuevo templo


Hageo

2:1 En el mes séptimo, a los veintiún días del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: 
2:2 Habla ahora a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y al resto del pueblo, diciendo: 
2:3 ¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera, y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos? 
2:4 Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos. 
2:5 Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis. 
2:6 Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; 
2:7 y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. 
2:8 Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. 
2:9 La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.

Cuando se terminó el templo posterior al exilio, algunas personas se sentían desilusionadas porque veían el nuevo templo como "poco" en comparación al primer templo edificado por Salomón.

Dios alentó al pueblo con tres promesas:

  1. Dios estaría con ellos para cumplir todas sus promesas del pacto.
  2. El Espíritu de Dios permanecería en medio del pueblo.
  3. La gloria postrera de la casa de Dios sería mayor que la primera debido a la gran demostración de poder allí (el ministerio de Jesús y los apóstoles como se registran en los Evangelios y en Hechos).
No es la belleza de las estructuras de los templos lo que en definitiva dará fruto para el reino de Dios. Lo único esencial en las congregaciones es la presencia de Dios manifestada a través del Espíritu Santo y sus dones, ministerios y poder.

Temblarán los cielos y la tierra, entonces la gloria de Dios llenará el templo más que nunca antes y Él habitará entre su pueblo en paz como glorioso Salvador.

Mateo

24:29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. 
24:30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 
24:31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. 

Inmediatamente después de la tribulación ocurrirán señales cósmicas espectaculares que precederán a la venida de Cristo y darán una clara advertencia de su inmediato regreso. El retorno de Cristo a la tierra con poder y gran gloria no tomará por sorpresa a ningún creyente de la tribulación que presta atención a la Palabra de Dios.

Él vendrá a juzgar a los impíos, a liberar a su pueblo fiel y a establecer justicia en la tierra. Todos los creyentes que hayan sido arrebatados de la tierra volverán con Cristo en su venida con poder y gran gloria.

A Él toda gloria y honor. Cristo te ama.

Amén

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