Sanidad de Dios


Salmos

103:1 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
103:2 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
103:3 El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
103:4 El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;
103:5 El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.
103:6 Jehová es el que hace justicia
Y derecho a todos los que padecen violencia

Hebreos

11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Isaías

41:10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Mateo

18:21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
18:22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

Perdonemos a nuestros deudores, líbranos Señor de todo mal, amaremos al prójimo como a nosotros mismos, preparemos nuestros corazones a recibir su preciosa santidad a través del amor de Cristo.


Salmo

139:23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
139:24 Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno.


El Señor ponga humildad y paz en nuestros corazones, sane nuestros pensamientos, aparte toda perversidad, sigamos su luz, amor y misericordia. 

Éxodo

23:25 Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.

23:26 No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo completaré el número de tus días.

15:26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.


En estos versículos encontramos la promesa más antigua que hay en la Biblia en relación a la sanidad divina, la promesa hecha al pueblo de Israel poco tiempo después de haberlo sacado de la esclavitud en Egipto.

Así mismo actúa Jehová con sus hijos una vez sacados de la esclavitud de la oscuridad, de las ataduras del mundo, una vez aceptamos a Cristo en nuestro corazón con amor, como nuestro salvador y Rey, edificando nuestra fe, a través de la palabra, oración y alabanza. 

Porque yo soy Jehová tu sanador, mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. 

Recibamos en nuestros corazones la fertilidad de los ríos Gihon, Pison, Hidekel y Eúfrates con toda inmensidad, para que toda semilla crezca según el orden divino, según la voluntad de Dios, porque És soberano sobre todas las cosas.

2a Tesalonicenses

3:1 Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros, 
3:2 y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe. 
3:3 Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal. 
3:4 Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado. 
3:5 Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo. 

Dios les bendiga,

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