La intersección


En la lucha espiritual para interceder en el nombre de Cristo, no podemos hacer frente, eficazmente, hasta tanto no conozcamos los sutiles pero certeros mecanismos que utilizan Satanás y sus huestes. En criterio del apóstol Pablo, una vida consagrada a Dios debe ir de la mano con mantenernos alerta.

2 Corintios
2:11 para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones. 

Lucas
10:17 Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. 
10:18 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 
10:19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. 
10:20 Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.

Hechos
19:13 Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo.
19:14 Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. 
19:15 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? 
19:16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. 

No subestimar a nadie, ser ingenuos para el mal, no os regocijéis en desafiar al mal, sólo interceder en el nombre de Cristo y en oración. 

2 Timoteo
2:3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 
2:4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 
2:5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.

Cuando intercedemos en el nombre de Cristo, no es el hombre el que empuja, ni el que tiene la voz más fuerte, o recurre a frases elocuentes, la intercesión depende de la intimidad que tengamos con Dios, la vida de gracia que tengamos en Cristo porque Él es quien intercede. 

Nuestro amado Salvador Jesucristo instruyó a sus discípulos y a nosotros hoy: 

Marcos
13:33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.
Esa fue una de sus múltiples recomendaciones a pasar tiempo en la presencia del Padre celestial. El apóstol Pablo, por su parte, exhortó: 

1 Tesalonicenses
5:17 Orad sin cesar. 

Nuestro amado Salvador delegó en nosotros la Gran Comisión, y para ejercerla, nos dio autoridad. Él dijo a sus discípulos y a nosotros hoy: 

Marcos
16:15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 
16:16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. 
16:17 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 
16:18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Dios enseñó sobre el particular a Josué, a las puertas de entrar a la tierra prometida: 

Josue
1:8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. 
1:9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

1 Tesalonicenses
5:23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

Romanos
8:5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.

Para fortalecer el espíritu en el nombre de Cristo, tenemos que orar sin cesar, alabar a Dios, de día y noche para protección de nuestros sueños, para que Cristo proteja nuestros hogares, nuestras vidas, nuestros propósitos en firmeza por los caminos de Dios, para fortalecernos con su preciosa sangre que nos redimió del pecado.

Salmo
La dicha del perdón
Salmo de David. 

32:1 Bienaventurado aquel cuya trasgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
32:2 Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, 
Y en cuyo espíritu no hay engaño.
32:3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día.
32:4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;
Se volvió mi verdor en sequedades de verano. 
32:5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. 
32:6 Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado;
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.
32:7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia;
Con cánticos de liberación me rodearás. 
32:8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
32:9 No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti.
32:10 Muchos dolores habrá para el impío;
Más al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
32:11 Alegraos en Jehová y gozaos, justos;
Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.

1 Corintios 

3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 

Mateo
6:11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
6:12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
6:13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
6:14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
6:15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. 


Oremos sin parar,
Dios les bendiga,

Amen 

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