Edificar el templo


Edificar el templo


También para los creyentes hoy el reino de Dios debe ser la primera y máxima prioridad en su vida (Mt 6:33). Cuanto celo tenía el Señor Jesús por la casa y la obra de Dios (Jn 2:17; 4:34; 6:38; 9:4). Lo que el creyente tiene como prioridad indica el amor que le tiene al Señor. 

Sembráis mucho, y recogéis poco. El pueblo de Dios había perdido su bendición porque estaba llevando una vida egoísta, mostraba poco interés en los objetivos y propósitos de Dios. Los creyentes podemos esperar que decline la bendición y la ayuda de Dios en nuestra vida si no nos ocupamos de manera vital en su obra, tanto en el hogar como en las naciones.

Temió el pueblo. Bajo el liderazgo de Zorobabel como gobernante de Judá y de Josué como sumo sacerdote Dios envió a los profetas Hageo y Zacarías para animar a su pueblo a reanudar la obra en el templo. Los dirigentes y el pueblo respondieron al mensaje de Hageo a obedecer y a temer al Señor, se comprometieron a reanudar la obra en la casa de Dios.

Yo estoy con vosotros. Dios le respondió a su pueblo obediente al prometer estar con ellos. Él fortaleció la determinación del pueblo y los ayudó a realizar la obra. El “estar con nosotros” es el compromiso más valioso que el Señor pueda contraer con cualquier creyente (Gn 26:24; 28:15; 39:2-3,21,23; Éx 3:12; Mt 28:20)


Hageo

Exhortación a edificar el templo 

1:1 En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo: 
1:2 Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada. 
1:3 Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: 
1:4 ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? 
1:5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. 
1:6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. 
1:7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. 
1:8 Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová. 
1:9 Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. 
1:10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. 
1:11 Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos. 
1:12 Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová. 
1:13 Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová. 
1:14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios, 
1:15 en el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío. 


Cuando se terminó el templo posterior al exilio, había una desilusión en ver que en nada se podía comparar con el primer templo edificado, por eso Dios alentó al pueblo con tres promesas,
1- Dios estaría con ellos para cumplir todas sus promesas del pacto
2- El Espíritu de Dios permanecería en medio del pueblo
3- La gloria postrera de la casa de Dios sería mayor que la primera debido a la gran demostración de poder allí (El ministerio de Jesús y los apóstoles como registran los Evangelios y en Hechos).

Dios les bendiga

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