LOS PROFETAS


Al final del reinado de Salomón comenzó una rebelión social a causa de las diferencias entre el norte y el sur, 2 Reyes y la última parte de los libros de 1 Reyes y 2 Crónicas nos dan la historia completa del reino dividido.

El reino de Jeroboam se constituyó como el Reino del Norte o Israel, era mucho más extenso que el Sur: comprende Samaría, Galilea, vivió en una continua inestabilidad, y reinados que acababan en asesinatos.

El reino de Roboam se constituyó como el Reino del Sur o Judá. (La tribu de Benjamín era tan pequeña que fue virtualmente absorbida por la tribu de Judá.)  Formó su gobierno en torno a Jerusalén, fue un reino más reducido, montañoso, económicamente pobre y aislado, no contaba con ninguna vía de comunicación cercana, fue donde arraigó la tradición sobre David y la promesa de Natán, se mantuvo estable la dinastía davídica.  

Luego se construyó en tiempo de Omri un templo en la región de Samaria en honor al dios baal, comenzando así una gran lucha entre Yahvé y Baal teniendo como protagonistas y defensores de Yahvé a los profetas Elías y Eliseo (1Re 17-18  y 2Re 2; 4-9).

El evento histórico que evoco la obra de los profetas fue la apostasía de las diez tribus al final del reino de Salomón (I Reyes 12).

Apostasía.- Es la renuncia en la Fe de Dios.

1 Reyes 

12:24 Así ha dicho Jehová: No vayáis, ni peleéis contra vuestros hermanos los hijos de Israel; volveos cada uno a su casa, porque esto lo he hecho yo. Y ellos oyeron la palabra de Dios, y volvieron y se fueron, conforme a la palabra de Jehová.

El pueblo de Dios se entregaba a la idolatría de las naciones vecinas, rindieron culto a baal y el nombre de Dios desaparecía de las mentes de los hombres, fue cuando Dios levanto a sus profetas.

Los libros históricos del antiguo testamento, desde Josué a Ester contienen la historia del Resurgimiento y el Ocaso de la nación Hebrea.

Ocaso.- Se refiere a la decadencia de la nación.

Los libros poéticos desde Job hasta Cantares, hacen referencia a la Edad de Oro de la nación Hebrea; - Job, Salmos I, Salmos II, Salmos III, Salmos IV, Salmos V, Proverbios, Eclesiastés, Cantares -

Los libros Proféticos desde Isaías hasta Malaquías, corresponden a los días del Ocaso de la nación Hebrea;  - Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías -.

Hay 17 libros Proféticos; solamente 16 Profetas ya que Jeremías escribió dos libros; el que lleva su nombre y Lamentaciones.

Un profeta es una persona que Dios usa para comunicar un mensaje.

Los profetas. Ellos vieron con extraordinaria lucidez el desorden que reinaba en la sociedad. El pueblo de Israel no era lo que Dios quería y esperaba de él. El Señor había formado y cuidado a su pueblo, como el labrador planta y cultiva su viña, y esperaba de él buenos frutos. Pero sus esperanzas quedaron frustradas porque la viña del Señor, en vez de dar buenos frutos, había producido uvas agrias 

Isaias
5:4 ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres? 
5:5 Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada. 
5:6 Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. 
5:7 Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.

Jeremías
17:1 El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y en los cuernos de sus altares,

Ezequiel
18:23 ¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?

Miqueas
6:8 Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

Amós
3:2 A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades. 

Los profetas del Antiguo Testamento sirvieron a Dios con gran lealtad, y no fueron populares por ello, pusieron sus vidas en juego pues denunciaron la idolatría en todas sus formas, confrontaron a reyes, condenando el orgullo y la ambición de las clases dirigentes.

El lenguaje profético del Antiguo Testamento fue característico, en su forma no se limitaba a un solo tipo, sino que la palabra de Dios se expresaba en numerosas maneras.

De forma oral, por la predicación, por palabra escrita usando las escrituras, por actos simbólicos, cuando Oseas recibió mandato de casarse con una prostituta con cuyo matrimonio Dios mostraba Su relación con la nación adúltera de Israel.

En el lenguaje la palabra de Dios se expresaba en profecías claras, en otras se usaron parábolas, otras fueron alegorías y otras metáforas.

La caída de Jerusalén. Los profetas anunciaron repetidamente que Jerusalén sería destruida y que sus habitantes caerían bajo la espada de sus enemigos, o serían llevados al exilio, si no se volvían al Señor de corazón. Pero ni el pueblo ni sus gobernantes hicieron caso a la palabra del Señor, y aquellos anuncios se cumplieron. El ejército de Nabucodonosor, rey de Babilonia, sitió la ciudad santa, y esta no pudo resistir al asedio. Los invasores entraron en Jerusalén, la saquearon, incendiaron el templo, se llevaron sus tesoros y vasos sagrados, y deportaron al sector más representativo de la población. 

El exilio. Comparado con la historia de Israel en su conjunto, el período del exilio fue relativamente breve: unos sesenta años desde la primera deportación (2 R 25.18–21) hasta el edicto de Ciro (2 Cr 36.22–23). Sin embargo, fue uno de los más ricos y fecundos en la historia de la salvación. Los israelitas meditaron sobre la catástrofe que les había acontecido, y esperaron con impaciencia que el Señor volviera a intervenir una vez más en favor de su pueblo.

Salmo
137:1 Junto a los ríos de Babilonia,
Allí nos sentábamos, y aun llorábamos,
Acordándonos de Sion.

La vuelta del exilio. El edicto de Ciro—del que la Biblia conserva dos versiones (Esd 1.2–4; 6.3–5)—autorizó a los deportados el regreso a Palestina. Este retorno fue paulatino. 

Profetas falsos y verdaderos
La Escrituras admite que hay profecía genuina y falsa y que en Israel había tanto profetas falsos como verdaderos, Jeremías y Ezequiel denunciaron a los profetas mercenarios de su tiempo y Jesús advirtió que, 

Mateo
24:11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;
La prueba bíblica para saber si un profeta es verdadero o no es:

1. Habla sólo en nombre de Jehová
Deuteronomio
13:1 Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, 
13:2 y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; 
13:3 no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. 
13:4 En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis. 

2. Habla sólo por revelación o inspiración. La revelación es que Dios hace saber Su verdad a los hombres y la inspiración es la influencia divina del Espíritu Santo sobre los escritores de la Biblia, sus escritos son infalibles verbalmente. 
Si un profeta afirma hablar en nombre de Jehová y a la vez practica adivinación, hechicería o similares debe ser tenido por falso.

Deuteronomio
18:9 Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. 
18:10 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero,  
18:11 ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 
18:12 Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.  

3. Por el testimonio de su carácter moral, los falsos profetas tienen una baja moral, borrachos, profanos, conspiran para engañar y defraudar, son fraudulentos, cometen adulterio, dicen mentiras, son oportunistas religiosos que profetizan únicamente lo que degenerados desean escuchar y proclaman un mensaje optimistas de paz y prosperidad,

Ezequiel
13:2 Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y di a los que profetizan de su propio corazón: Oíd palabra de Jehová.  
13:3 Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto! 

Jeremías
14:13 Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí que los profetas les dicen: No veréis espada, ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera. 
14:14 Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón os profetizan. 

4. El profeta de Dios no busca el oficio por su propia iniciativa, sino que se limita a hablar lo que siente de parte de Dios, por tanto su mensaje lleva el sello divino de autoridad y convicción. Con frecuencia es validado por señales y milagros como ejemplo Moisés en Egipto, así como profetas y apóstoles, pero cuidado porque hay evidencias de que las señales y los milagros pueden ser imitados.

5. Su mensaje armoniza con la revelación que haya sido dada, las palabras de los profetas no pueden contradecir a la revelación previamente dada, sino que debe confirmarla.

1 Reyes
1:13 Ve y entra al rey David, y dile: Rey señor mío, ¿no juraste a tu sierva, diciendo: Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará en mi trono? ¿Por qué, pues, reina Adonías?
1:30 que como yo te he jurado por Jehová Dios de Israel, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en lugar mío; que así lo haré hoy. 
1:31 Entonces Betsabé se inclinó ante el rey, con su rostro a tierra, y haciendo reverencia al rey, dijo: Viva mi señor el rey David para siempre.
Hijos del rey David.- Adonías, Amnón, Absalón, Salomón, tuvo diecinueve hijos entre concuvinas y esposas

6. El discernimiento del oyente indica si lo que oye es falso o verdadero. Esta prueba fue enunciada por Moisés. 
Juan
7:17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta. 

Profetas Mayores:     Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel.

Isaías, Jeremías, Ezequiel y a Daniel son referidos como los profetas mayores del antiguo testamento porque a través de ellos Dios reveló, la destrucción de Jerusalén, el nacimiento y necesario sacrificio de Jesús, y los tiempos apocalípticos que aun están por suceder.

Esta clasificación se basa en el tamaño de los libros y en la trascendencia de sus profecías. Cualquiera de los tres libros Isaías, Jeremías o Ezequiel, por sí solo son más extensos que los doce profetas menores juntos. 


Libros proféticos mayores de la Biblia:

Isaías: El primer capitulo de Isaías se basa principalmente sobre mensaje central de la santidad. En el Dios le dice al pueblo que no quiere de ellos sacrificios ni ofrendas, sino que vivan sin pecado alguno. Dios revela que enviará un libertador al pueblo, en los capítulos 7 y 9 tenemos profecías sobre el nacimiento de Jesús y en el 53 se detalla su sufrimiento. 

7:10 Habló también Jehová a Acaz, diciendo: 
7:11 Pide para ti señal de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto. 
7:12 Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré a Jehová. 
7:13 Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa de David. ¿Os es poco el ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios? 
7:14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. 

Como manifiesto del poder de Dios, y para poder liberar Jerusalén del asedio militar, Isaías ofrece un milagro en nombre de Dios y es rechazado por Acaz "No he de pedir ni tentar a Yavhé". Isaías se indigna y reprende su hipocresía que oculta bajo un velo piadoso su falta de fe. 
Como Acaz no pide signo alguno, “El Señor mismo da una señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y será llamado Emmanuel su nombre".
Dios nos muestra su manifestación de poder, que es la concepción virginal en la álmáh y su parto virginal.

Los últimos capítulos habla sobre la restauración del pueblo hebreo, las buenas nuevas de salvación, y que habrá un juicio final para toda humanidad. El capitulo 56 nos dice que Dios extiende esta salvación y su gracia a los gentiles. 

56:6 Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, 
56:7 yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.

El libro fue escrito por el profeta Isaías aproximadamente alrededor del 700 a.C.

Jeremías: El profeta Jeremías pertenecía a una familia de sacerdotes que residía en Anatot, en tierra de Benjamín. Conoció el reinado de los últimos reyes de Judá, viviendo en primera persona la destrucción de Jerusalén y el Templo, en el 586 a. de C., a manos de Nabucodonosor rey de Babilonia.
Jeremías profetizó la destrucción de Jerusalén y que caerían en manos de Babilonia y su rey Nabucodonosor. A pesar de revelar esta etapa dura y difícil en la historia del pueblo, Dios revela a Jeremías que eventualmente Jerusalén seria restaurada. Jeremías confrontó a reyes y sacerdotes que estaban desobedeciendo a Dios. 

Dios encomendó a Jeremías a que advirtiera al pueblo del mal que les vendría si no se volvían a El, pues se habían ido tras ídolos de las naciones vecinas, y ni aún los sacerdotes decían verdad,  

2:8 Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha.
Los sacerdotes y profetas quisieron matarlo, pero él se mantuvo fiel, valientemente, proclamando la Palabra de Dios. (Cap. 26:10-15). 

26:11 Entonces hablaron los sacerdotes y los profetas a los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque profetizó contra esta ciudad, como vosotros habéis oído con vuestros oídos. 
26:12 Y habló Jeremías a todos los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: Jehová me envió a profetizar contra esta casa y contra esta ciudad, todas las palabras que habéis oído. 
26:13 Mejorad ahora vuestros caminos y vuestras obras, y oíd la voz de Jehová vuestro Dios, y se arrepentirá Jehová del mal que ha hablado contra vosotros. 
26:14 En lo que a mí toca, he aquí estoy en vuestras manos; haced de mí como mejor y más recto os parezca. 
26:15 Mas sabed de cierto que si me matáis, sangre inocente echaréis sobre vosotros, y sobre esta ciudad y sobre sus moradores; porque en verdad Jehová me envió a vosotros para que dijese todas estas palabras en vuestros oídos.

Dios protegió al profeta, usando a los jefes y el pueblo que se opusieron ante los sacerdotes y profetas, y se levantaron algunos ancianos del pueblo recordando, que ya 100 años antes, el profeta Miqueas había dicho la misma predicción. (Cap. 26:18). 

26:18 Miqueas de Moreset profetizó en tiempo de Ezequías rey de Judá, y habló a todo el pueblo de Judá, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque.

Jeremías fue maltratado, perseguido, azotado y encarcelado durante el tiempo de su ministerio, pero siempre continuó obedeciendo y declarando las Palabras de su Creador, un verdadero hombre de fe que sufrió por defender la palabra y los mandamientos de Dios en medio de una sociedad que estaba muy dispuesta a ignorar las advertencias de este profeta. 

Jeremías escribió entre los años 627 al 586 a.C.

Lamentaciones: Los escritos de Lamentaciones se trazan al 586 a.C., después de la caída de Jerusalén en las manos de Babilonia. Fueron escritos entre (Jeremías y tal vez también Ezequiel). El primer capitulo describe la angustia de un pueblo que disfrutó de grandes bendiciones, riquezas y gloria, pero que se encontró arruinado, por darle lugar al pecado. También vemos que Dios sufre la caída de Israel pero ha permitido este castigo porque El es justo e incapaz de ignorar las rebeliones. El último capitulo es una oración para la restauración de Israel. 
Probablemente Jeremías fue el autor de este libro.

Ezequiel: Como Jeremías, Ezequiel profetizó sobre la destrucción y restauración de Jerusalén. Sobre todo su mensaje central es la justicia de un Dios recto. Aunque Dios si juzga las acciones y actitudes de un pueblo, como lo ha hecho con Israel, él también esta pendiente de los corazones de las personas.
18:4 He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá. 
El capitulo 18 explica que las acciones de un hombre justo, por ejemplo, no salvara a su hijo impío y que hay esperanza para el hijo de un impío si este se arrepiente. Al leer Ezequiel uno se da cuenta de que el mensaje de Dios no ha cambiado desde el principio. Dios quiere que dejemos atrás el pecado y escojamos el camino de la verdad. 

Ezequiel escribió entre el 593 y 573 a.C.

Daniel: El cuarto de los llamados «profetas mayores», descendiente de la familia real de David, que fue llevado cautivo a Babilonia cuando era jovencito, en el año tercero del reinado de Joacim de Judá (600 a.C.).
Las profecías y los acontecimientos en el libro de Daniel ocurren durante el exilio del pueblo de Israel a Babilonia. Desde joven Daniel propuso a su corazón no contaminarse con la cultura pagana de Babilonia. Dios bendijo su dedicación dándoles gracia frente a los reyes de Babilonia. Las experiencias de Daniel son de las más conocidas: Sus amigos fueron echados a un horno donde un ángel de Dios los protegió, Daniel fue tirado en el foso de los leones pero sobrevivió, y la visión que tuvo después de haber ayunado 21 días. 

Las profecías de Daniel son apocalípticas y es común que este libro se estudie junto las visiones del apóstol Juan en Apocalipsis.

El libro de Daniel expresa en la etapa actual, momentánea y pasajera, que el pueblo de Dios se encuentra sujeto a imperios humanos injustos, autores de normas opuestas a la voluntad de Dios; a gobiernos que por conseguir sus propios objetivos pueden perseguir, torturar y hasta llevar a la muerte a los creyentes que confiesan abiertamente su fe (7.25).  

7:25 Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.
Pero vendrá el día en que este mundo pase y en el que repentinamente se manifieste el reino de Dios. Ese día,

12:2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.
Y dejarán de existir los imperios terrenales, 

7:27 y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.

Profetas Menores: Oseas, Joel, Amós, Abdias, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, y Malaquías.

Clasificación cronológica:

Trece de los profetas se relacionaban con la destrucción de la nación Hebrea; tres con su restauración.

La destrucción de la nación se efectuó en dos etapas.

- El reino del norte cayó en el 734-721 A.C. Antes y durante este periodo fueron: Joel, Jonás, Amós, Oseas, Isaías y Miqueas.

- El reino del sur cayó en el 606-586 A.C. En este periodo fueron: Jeremías, Ezequiel, Daniel, Abdias, Nahum, Habacuc y Sofonías.

- La restauración de la nación fue en el 536-444 A.C. Se relacionan con este periodo: Hageo, Zacarías y Malaquías.

Clasificados de pueblos y profetas:

A Israel: Amós, Oseas.
Amós : La casa de David, ahora rechazada por Israel, un día regirá la tierra.
Predicción del juicio contra las naciones vecinas, a causa de sus pecados. Las cinco visiones del juicio venidero y las bendiciones que seguirán, después de este, (pasado, presente y futuro para Israel y el mundo).


Oseas   : Jehová, rechazado por Israel, un día será el Dios de todas las naciones.
El juicio de Dios se expresa en el nombre de sus tres hijos. En dos secuencias repite el ciclo del adulterio, juicio, ternura y restauración.


A Nínive: Jonás, Nahum.
Jonás  : Vislumbre del interés del Jehová de Israel en los enemigos de este.
El amor por aquellos que no han conocido su Palabra, la oportunidad de alcanzarle a través de sus misericordias, aun para los más despiadados su amor no se limita.
 Nahum    : El juicio inminente de Nínive y su desvanecimiento.


A Babilonia: Daniel.
Daniel    : Los cuatros reinados, y el reinado universal y eterno de Dios.

A los cautivos en Babilonia: Ezequiel.
 Ezequiel    : la caída de Jerusalén, su restauración y su glorioso porvenir. Un Israel floreciente en los postreros tiempos, “una gran nación”.

A Edom: Abdias.
 Abdias    : Por su enemistad contra el pueblo de Dios, Edom perecerá del todo.

A Judá: Joel, Isaías, Miqueas, Jeremías, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías.
Joel : Visión de la edad del evangelio; la cosecha de Jehová entre las                  naciones. Desobediencia, castigo, arrepentimiento, bendición y promesa de un futuro glorioso.
Isaías  : Dios tiene un remanente para el cual hay una posteridad gloriosa. La maravillosa venida de Emmanuel, su obra, padecimiento, muerte y victoria.
Miqueas : El príncipe venidero de Belén y su reinado glorioso. 
Jeremías : El pecado, la destrucción, y la gloria futura de Jerusalén.
 Habacuc : La seguridad del triunfo final del Pueblo de Dios. "El justo vivirá por “fe”.
 Sofonías : Anuncia el juicio venidero, el inminente día de la ira de Jehová caerá sobre Judá.
 Hageo  : El segundo templo, y el gran templo futuro.
Zacarías : El Rey venidero su casa y su gloria. El llamado a su pueblo al arrepentimiento y volverse a su Dios.
 Malaquías : Último mensaje a la desobediente nación Mesiánica. El padre amante y su hijo que ha deshonrado a su padre.


Profetas y Sacerdotes.

Los Sacerdotes eran los maestros religiosos del pueblo, formaban una clase hereditaria y a menudo en lugar de clamar contra los pecados del pueblo caían en los mismos y llegaban a ser grandes referentes de iniquidad (UNA HISTORIA QUE LAMENTABLEMENTE SE VUELVE A REPETIR EN NUESTROS DÍAS). 

Los profetas no eran una clase hereditaria, cada uno recibió un llamado directo de Dios, fueron llamados de entre diferentes condiciones. Jeremías y Ezequiel eran Sacerdotes; quizás también Zacarías. Isaías, Daniel y Sofonías eran de sangre real. Amós era pastor, no se tiene clara referencia de los demás. 


Misión y Mensaje de los Profetas:
Tratar de salvar a la nación de su idolatría y maldad, volviéndolos a Dios.
Anunciar que la nación sería destruida.
Un remanente sería salvo.
De este remanente, una influencia se extendería por toda la tierra y traería a Jehová todas las naciones.
Esta influencia se hallaría en un gran hombre que un día se levantaría del linaje de David, los profetas le llamaban “EL RENUEVO”, del tronco de la familia nacería un vástago, un retoño tan grande que sería en sentido especial “EL RENUEVO”.


Por falta de santidad no se pudo salvar la caída de Jerusalén, fue el tiempo de mayor actividad profética; los profetas trasmitieron que la caída del pueblo elegido no significaba el fin de los planes de Dios; sino que después de un tiempo de castigo habría una restauración y para el pueblo de Dios un futuro glorioso, el pensamiento más persistente es que Jehová, Dios de la nación Hebrea, llegara a ser Dios de todas las naciones.

Dios siempre ha tenido su remanente de hombres y mujeres, y Dios nunca ha querido que su Pueblo se pierda, por eso envió profetas para avisarles que se alejaran del camino que llevaban, los profetas fueron los odiados por decir la verdad de Dios, y se enfrentaron al pueblo rebelde. 

Hoy, lamentablemente hay muchos falsos profetas en el mundo, dicen hablar de parte Dios, pero ¿como sabemos si es profeta de Dios?

La Biblia es la única referencia que tenemos de profecías de Dios, y las actuales profecías deben ser analizadas a la Luz de la Palabra, la Biblia, la única que por si sola puede exhortar y ministrar nuestras vidas, pues ahí está la Palabra de Dios.  

(YA SE ACERCA EL TIEMPO DE DIOS Y SUS VERDADEROS PROFETAS).


Dios les bendiga

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