La maldad de los hombres


Génesis
  
La maldad de los hombres 

6:1 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 
6:2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. 

V.- La sangre de Abel clamó a Dios y Dios echó a  Caín fuera de la tierra donde nunca más iba a volver a su Creador y de El se escondería y así mismo su descendencia no eran considerados hijos de Dios por la sangre de Abel. La descendencia de Adán por línea de Set no llevaba esta maldición y eran considerados hijos de Dios; entre ellos hubo Enoc el cual caminó con Dios trescientos años.
Los descendientes de Caín eran considerados por Dios como hijos de los hombres, porque no estaban sujetos a Dios, y sus hijas eran hermosas las cuales atrajeron a los hijos de Dios por la línea de Set; esto desagradó a Dios que quería que su pueblo fuera santo y apartado de los hijos de los hombres.

6:3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.
V.-El aumento de la maldad y de la violencia y la mezcla de los hijos de Dios con las hijas de los hombres, fue una desobediencia abierta a Dios; y Dios, que le había dado al hombre longevidad de muchos años ahora acorta los días del hombre a solo ciento veinte años, porque ciertamente el hombre es carne.

6:4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.
V.- Así como la edad de vida era de muchos años, hubieron criaturas de gran estatura y de gran valentía fruto de la unión de los hijos de Dios con las hijas de los hombres. Los privilegios en el ser humano fueron reducidos por el pecado y por la carne, hasta la muerte y redención de Cristo.

6:5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
V.- La corrupción del hombre era tanta en la tierra, que Dios vio aumento de maldad, y los pensamientos del hombre eran para el mal, los pensamientos del hombre están en el corazón, y no en la mente,

En Proverbios 23:7. Porque cual es su corazón, tal es él. Come y bebe te dirá, más su corazón no está contigo.

En Mateo 15:19. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.

6:6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. 
V.- El arrepentimiento de Dios era el haber hecho el hombre en la tierra, a Dios le dolió en el corazón porque Dios ama al hombre.

6:7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. 
6:8 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. 
  
Génesis

2:9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. 
2:10 Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. 
2:11 El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; 
2:12 y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. 
2:13 El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. 
2:14 Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates. 
2:15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.

V.- A estos ríos se les da una prioridad especial en relación el uno al otro por ser mencionado como el primer río, el segundo río, tercer río y cuarto río. Esto nos permite saber que hay un mensaje para que podamos recibir. El Señor simplemente no proporciona información a fin de satisfacer más la curiosidad del hombre, en la Biblia se refiere a la salvación y el plan de Dios para la humanidad. Dios tiene un mensaje sobre el ministerio de Su Espíritu y ciertas prioridades que debemos tener en cuenta en el nombre de los cuatro ríos.

1.- Pisón, implica la idea de difundir cada vez más la palabra, detrás del significado del río primero, podemos ver un pensamiento maravilloso. La primera y principal prioridad de Dios, es tener Su Espíritu que fluya a través de nosotros hacia el mundo, como idea de que “deben ser dispersados”. Como la gran parte del mundo está seco, como sea posible debe estar impregnado del Espíritu de Dios. Esta debe ser nuestra primera prioridad después de recibir el Espíritu de Dios; cuando el Señor Jesucristo estaba por dejar el mundo, el prometió enviar a su Espíritu Santo para estar con sus discípulos (Jn. 14:16-18, 25-27; 15:26).

San Juan
14:16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 
14:17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. 
14:18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. 

15:26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
  
La primera gran verdad en esta obra de salvación es que Dios envió a su Hijo para tomar nuestra naturaleza en él y sufrir en ella por nosotros. La segunda grande verdad es que Dios dio a su Espíritu para traer a los pecadores a la fe en Cristo y así ser salvos

2.- Gihón, nuestra segunda prioridad es la comprensión de nuestra parte como instrumentos de Dios, y así mantener el flujo del Espíritu, el cual siempre debe fluir con generosidad, el cual se manifieste a través de nosotros y se desborde sucesivamente por todas partes. Debemos también entender que todo lo que es hecho en nosotros y todo lo que somos capacitados para hacer que es santo y aceptable a Dios es por el Espíritu Santo obrando en nosotros y con nosotros. Sin él no podemos hacer nada (Jn. 15:5). Por el Espíritu Santo somos nacidos de nuevo, hechos santos y capacitados para agradar a Dios en cada obra buena.

San Juan
15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

3.- Hidekel, nuestra tercera prioridad en el trabajo con el Espíritu, es el pensamiento de que Dios desea llevar a cabo una obra rápida a través de nosotros. Es evidente que debemos transmitir la verdad y dejar que el Espíritu fluya a través de nosotros.

4.- Éufrates, es fecundidad, es el resultado final de que El Espíritu de Dios fluye en el ministerio adecuado, ya que está destinado a brotar a través de nosotros, por el cual la tierra será fructífera si se mantienen las tres prioridades.

V.- Los puntos cardinales son cuatro, norte, sur, este y oeste, es la forma de orientarnos bajo el sol en todo lo creado por Dios, leemos en Génesis que el Edén tenía cuatro brazos de riqueza Pisón, Gihón, Hidekel y Éufrates, el agua es la palabra de Dios que regaba toda la tierra y los cuatro ríos son la guía que nos orienta, el río Pisón indica la prosperidad y la riqueza en la obra de Dios indicando que toda la creación de Dios era un paraíso hasta la trasgresión del hombre, cuando el adversario plantó la semilla de destrucción en la mente del hombre al declarar: “ ...no moriréis, sino que sabe Dios que el día que comáis de el, serán abiertos vuestro ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Génesis 3: 4-5), desde aquella oportunidad que el Bendito Señor y Creador le brindó al hombre al ponerlo en el huerto de Edén, a causa de ésta trasgresión la actividad humana en la tierra ha sido influenciada y guiada por la satánica mentira de que la vía para llegar a ser como Dios se encuentra en la “senda del conocimiento” y nada había cambiado desde ese tiempo hasta la muerte de Cristo.

Por un hombre entró la muerte; por un hombre Dios evitaba el aniquilamiento de la raza humana, y por un hombre, Jesucristo, Dios salva al mundo (Juan 3:16)

ESCRITO POR: DAVID CÁRDENAS

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