Destrucción de la muerte




El Señor Jesucristo venció a la muerte y el sepulcro, así nosotros sus discípulos no debemos temer a la muerte.


En 1ª Corintios, Pablo escribe a exhortar a los cristianos a asirse de las verdades de su fe. Una de las verdades centrales del cristianismo es que la muerte y resurrección de Cristo son la vida eterna para quienes creen en Él.


Asirse.- Agarrarse con fuerza


Iglesia de Corintios

1ª Corintios 15:20-26

15:20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. 

15:21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
15:22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
15:23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
15:24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.
15:25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
15:26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. 

Postrer.- Que viene detrás, el último en orden.

La iglesia de Corinto tuvo que lidiar con muchos problemas. Muchos que llegaban a la ciudad traían diversas creencias, no todas eran buenas. Falsos maestros  que confundían a verdaderos creyentes.

Pablo repite el fundamento del evangelio es que Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucito, llevando su razonamiento a que Cristo resucitará a aquellos que lo sigan. A Jesús lo llama primicias de los que durmieron.


Primicias.- ofrenda de los primeros frutos

Dormir.- estar en reposo absoluto, suspender la actividad consciente, referencia a los cristianos que murieron en Cristo

Pablo hace contraste entre Adán, quien trajo la muerte a la humanidad y Cristo que ha deshecho lo que Adán había hecho, la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte nos trajo nueva vida.


La resurrección se producirá cuando Cristo vuelva, su reinado producirá un momento cumbre para la creación. Veremos la victoria de Cristo en toda su gloria, la victoria definitiva de Cristo sobre Satanás y sobre los reinos de este mundo.


En el Antiguo Testamento, las primicias de una cosecha eran ofrecidas en sacrificio a Dios, expresando gratitud. Así la resurrección de Cristo demostró que aquellos que creen en Él también resucitaran.


Dios compara la resurrección con la germinación de la semilla, que se convierte en una planta que produce fruto según su naturaleza, el poder de Dios es el que actúa cuando crece la planta a partir de la semilla.


Habrá diferencias en cuanto a la Gloria, esas diferencia existen ahora incluso en las estrellas. El cuerpo nuevo de los creyentes será mayor el cual nunca más estará sujeto a la muerte o pecado. Dios puede tomar lo que no tiene gloria para hacerlo glorioso. Dios nos da la oportunidad de compartir la victoria de Cristo.


Aunque no todos los cristianos moriremos, todos tanto los que hayan muerto como los que aún vivan seremos transformados. Este cambio de mortal a inmortal se produce por arrebatamiento, cuando Cristo llame a los suyos para llevarlos al hogar.


Arrebatamiento.- Ascensión a los cielos dada por Cristo.

Hogar.- Lugar de retiro que comparte con familia, lugar donde se prepara el fuego (simbólico calor).

La victoria de Cristo sobre la muerte es esperanza para los creyentes. El que vive con Cristo puede compartir esa victoria.


Sus decisiones de hoy afectaran a su destino eterno.


San Juan

6:35-40

6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. 

6:36 Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
6:37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
6:38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
6:39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.
6:40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

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