PUEBLO CELOSO DE BUENAS OBRAS
Gá
6:14 Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro
Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo
al mundo.
La
cruz es símbolo de la crueldad, de la horrible muerte que el
Salvador sufrió por la eterna salvación del mundo. Ahora es la
barrera por la cual el mundo está separado. El mundo representa todo
lo que se opone a Dios, a su reino y a su justicia. A los seguidores
del Salvador ya no nos complace las normas del mundo, los placeres
terrenales son vacíos vanos, simples y pagados con dinero. En cambio
acercarnos a la presencia de Dios es gratis, requiere sacrificio, una
vez sentimos su presencia nada nos separará nuestro corazón de la
presencia de Cristo.
Tito
2:11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a
todos los hombres, -12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad
y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y
piadosamente,
Describe
el carácter y propósito de la gracia salvadora de Dios.
Nos
enseña a los creyentes a renunciar a las pasiones, placeres y
valores impíos del mundo.
Nos
manda a vivir de una manera moderada, justa y piadosa.
El
Señor nos capacita mientras aguardamos la esperanza bienaventurada
de Jesucristo.
Eze
9:4 y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio
de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que
gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en
medio de ella.
Dios
mandó que sólo se librará del juicio venidero a quienes permanecen
fieles a Él y a su Palabra.
Hemos
determinado lealtad a Dios. Recibimos una señal especial de
identificación de Dios la letra hebrea tau (tiene forma de cruz).
La
afliccion por el pecado es evidencia de la verdadera fe salvadora de
Jesucristo.
Ap
7:3 diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los
árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de
nuestro Dios.
Ap
9:4 Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a
cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres
que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes.
Los
sellos era un instrumento o anillo que estampaba una marca de
identificación del propietario sobre lo que le pertenecia. El sello
de Dios sobre nosotros nos identifica a personas que pertenecemos a
Dios y estamos bajo su cuidado.
Deut
7:6 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu
Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los
pueblos que están sobre la tierra.
1
Ped 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de
aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Somos
apartados del mundo para que pertenezcamos por completo a Dios y
proclamemos el evangelio de salvación para su gloria y alabanza.
Esta posición nos aparta de los incrédulos para convertirnos en
extranjeros en este mundo. Ahora nuestra ciudanía está en Cristo en
el reino de los cielos. Debemos tener dominio propio, discernimiento,
fortaleza, valentía para abastenernos de los placeres malvados que
tientan y tratan de destruir el alma. Debemos atender a los frutos
del espíritu.
Salmo
130:8 Y él redimirá a Israel
De
todos sus pecados.
Mateo
1:21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él
salvará a su pueblo de sus pecados.
Yesua
significa Salvador, y describe la tarea futura del hijo de María y
es la promesa inicial del evangelio. Jesús como Salvador salvará a
su pueblo de sus pecados.
El
pecado es el peor enemigo del ser humano que destruye su alma y su
vida. Mediante la muerte expiatoria de Jesucristo y el poder
santificador del Espíritu Santo, los que se vuelvan a Jesucristo
serán liberados de la culpa y la esclavitud del pecado.
Tito
2:14 ‘Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de
toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de
buenas obras’.
En
Tito 2:12 nos enseña que Cristo en la muerte de cruz, logró dos
cosas para su pueblo, la redención y la purificación.
La
redención nos deja sin condenación al liberarnos del pecado, la
purificación nos limpia y nos transforma en más santos.
Cristo
nos redime y luego nos purifica para que seamos obedientes al Señor.
Ninguna persona a la que no se la haya perdonado sus pecados y haya
sido redimido para Dios, podrá hacer obras que se llamen ‘buenas
obras’.
Un
cristiano debe dedicarse a hacer buenas obras porque Cristo se
entregó en la cruz para asegurar esto mismo.
El
cristianismo va mucho más allá de hacer las cosas correctas. El
cristianismo visto así puede desembocar en moralismo y en
hipocresía, pues conformarse externamente a ciertas reglas de
comportamiento es algo que nuestra naturaleza pecaminosa puede llegar
a hacer. Socializarse en lugar de estar en comunión, en koinonia, es la realidad de muchas iglesias.
La
verdadera obediencia tiene que ver con la intención del alma y de
qué manera nuestra alma está comprometida con lo que hacemos.
El
celo santo nos libera de caer en la hipocresía. El pueblo por el
cual Cristo murió, cela, desea apasionadamente las buenas obras, su
alma arde en su interior por obedecer, y aquí nos habla de un
ejercicio del alma. El celo es una virtud maravillosa que vence la
indiferencia y nos hace diligentes y dedicados al servicio a Dios
(Mr.12:30).
Mr
12:31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
Las
buenas obras pueden ser definidas como todo aquello que Dios nos
ordena en su Palabra y que promueve su gloria.
Así
que no debe haber mandamiento pequeño o grande donde no debemos
procurar ser celosos en obedecerlos.
Se
debe mostrar celo para predicar y enseñar, que se debe ser celoso en
evangelizar, en invertir para el reino, en defender ardientemente la
fe y cosas así.
Por
supuesto que es verdad ya que estas cosas Dios las ordena en su
Palabra y promueven su gloria.
Pero
el contexto de Tito 2 nos nombra una serie de cosas aparentemente
sencillas :
“se
dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y
purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”.
Los
ancianos deben mostrar celo cuando son sobrios, sanos en la doctrina,
en la paciencia.
Las
ancianas deben mostrar celo siendo ejemplo y enseñando a las más
jóvenes.
Las
mujeres que crían hijos deben mostrar celo cuando son cuidadosas de
su familia y amas de sus casas.
Los
jóvenes la muestran cuando son prudentes, los pastores siendo
ejemplo, enseñando la verdad.
Los
empleados debemos mostrar celo cuando trabajamos, sujetos a los amos,
agradando en todo, sin ser respondones. Allí, en las cosas
ordinarias de la vida debes mostrar fervor, ese anhelo, esa entrega,
en obedecer al Señor.
Recordemos
que Él se entregó en la cruz para morir y derramar su sangre, para
proveernos redención. ¡Cuánto celo se debió requerir para llegar
a entregar lo más valioso que uno tiene, su vida misma!
Su
muerte en la cruz para la salvación de su pueblo, es el punto
culminante de una vida de celo santo por hacer la voluntad de Dios.
Hermanos,
miremos la razón del porqué debemos ser celosos, miremos estas
consideraciones y estimulemos el alma a la obediencia celosa
fervorosa, anhelante y entregada.
¿Acaso
puedes mirar al Cristo abrazándose con profunda convicción a la
cruz y tú no ser fervoroso?
Mira
hermano, Cristo se entregó para purificar un pueblo propio y este
pueblo tiene como una de sus características, que es celoso de
buenas obras.
ADVERTENCIA:
- Vamos a ser juzgados por nuestras obras; (Mateo 16:27) “Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y ENTONCES RECOMPENSARA A CADA UNO SEGUN SU CONDUCTA.”2 Corintios 5:10. Porque todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos estando en el cuerpo, de acuerdo con lo que hizo, sea bueno o sea malo.
- La ignorancia no es excusa.
Prov
24:12 Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos,
¿Acaso
no lo entenderá el que pesa los corazones?
El
que mira por tu alma, él lo conocerá,
Y
dará al hombre según sus obras
3.
¿Cual es el resultado cuando hacemos su voluntad?
- vamos a salir bien en el día del juicio.
- si las personas ven nuestra buena actitud, testimonio, ellos sentiran motivación porque el Espíritu Santo los redarguye.
(Mateo
5:16)“Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que
vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está
en los cielos.”
- No hagamos como los fariseos que hacían buenas obras para ser alabados por los hombres.
- Reflexionemos“Vivid como siervos de Dios”(1 Pedro 2:1-17).