La obra del Señor es trabajar
Is
32: 9-20
El
pueblo de Israel muchas veces se sentía satisfecho en cuanto al
pecado, aún cuando arruinaban a su familia y nación.
Isaías
en cambio les dijo que debían golpearse en el pecho, temblar,
vestirse de cilicio, angustiarse mientras clamaban a Dios en
arrepentimiento hasta que Él derramara el Espíritu del cielo.
No
debemos confundir humildad con pobreza.
La
humildad es ser dócil como la oveja, humillarse a Cristo, tener
carácter bondadoso y misericordioso, humildes de corazón. Podemos
ser ricos o pobres y humildes.
En
cambio la pobreza es una maldición, consecuencia del pecado, de la
pereza, del orgullo, del desorden.
Proverbios
6:9-11
9
Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir?
¿Cuándo
te levantarás de tu sueño?
10
Un poco de sueño, un poco de dormitar,
Y
cruzar por un poco las manos para reposo;
11
Así vendrá tu necesidad como caminante,
Y
tu pobreza como hombre armado.
Por
esa razón Cristo vino a buscar a los pobres, a los enfermos, a los
afligidos, a los descarriados.
Is
29:19 Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aun
los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel.
¿Que
debo de hacer para no estar pobre espiritualmente?
No
quedarme de brazos cruzados, por que entonces espiritualmente nos
vamos a quedar pobres, conformistas con las adversidades del mundo,
si debo hacer cuatro cosas no puedo quedarme en hacer media y punto;
porque luego vendrá tu queja una tras otra, para que suplan mi
desconsuelo y mi aflicción y mi desdicha. Tu pobreza vendrá como
hombre armado.
Una
víctima es la persona que sufre un daño o perjuicio, provocado por
una acción u omisión, ya sea por culpa de otra persona, o por una
fuerza mayor.
Algunas persona puede ser víctima de sus propias acciones, algunas personas se conducen a sí mismas hacia el fracaso laboral o emocional, desestímulo, desorden.
Algunas persona puede ser víctima de sus propias acciones, algunas personas se conducen a sí mismas hacia el fracaso laboral o emocional, desestímulo, desorden.
Lo
que debo de hacer es trabajar, para no ver pobreza hay que
trabajar.
Pobreza
es la cualidad de pobre. Este adjetivo hace referencia a las personas
que no tienen lo necesario para vivir dignamente, que son
desdichadas.
Estamos
viviendo en tiempos de crisis, una crisis económica; pero Dios sigue
bendiciendo y para el cristiano no existe como tal la crisis,
pudiéramos llamarle crisis cuando todo en el país va bien, y a
nosotros no.
Pero
es en realidad una crisis espiritual, porque cuando todo va bien; nos
alejamos de Dios y dejamos de depender de Él, como hizo el pueblo de
Israel una y otra vez, que buscaban de baales y ahora es un tiempo
que estamos dependiendo de Dios y no del dinero y Dios se agrada de
eso y mientras se está en “pobreza” es tiempo para acercarse más
a Dios y depender de Su Providencia.
Luc
21:4 Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo
que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que
tenía.
Es
la misma historia de la viuda pobre que llega y cuando era el tiempo
de dar, todos echaron de lo que le sobraba, pero la viuda echo todo
el sustento, todo lo que tenia para sobrevivir.
Va
más allá de la ofrenda material, es una acción donde le damos todo
a Dios, mi vida y ahora el Señor no solo es mi Salvador sino también
es mi Dueño. Con fe se que nada me faltará.
Dios
provee a quien anhela esforzarse en la vida, Él nos va a asegurar
que tengamos trabajo.
Aquella
persona que es perezosa, la pobreza va a llegar como un hombre
armado, la Palabra de Dios nos dice que así se siente la pobreza.
Leyendo
la biblia es trabajar, orar es trabajar, ir a la iglesia toma
esfuerzo, ello es trabajar.
La
obra del Señor es trabajar, no podemos ser buenos cristianos si no
estamos trabajando en la viña del Señor.
Si
queremos que nuestros hijos aprendan que la vida no es fácil,
démonos cuenta que a menudo se cometen errores al darles todo sin
ningún esfuerzo, porque no valoraran el sacrificio ni los frutos del
trabajo.
A
Dios le agrada la persona esforzada y responsable. Dios bendice a
quien se esfuerza, porque se agrada del esfuerzo, de la diligencia.
Pero
aquella familia que enseña a sus hijos dándoles tareas y
responsabilidades, se les enseña a ser responsable, a trabajar y a
gozarse del esfuerzo, para que puedan comprender que la vida es
trabajo y si uno se queda cruzado de brazos no van a obtener
absolutamente nada. Para recoger primero hay que sembrar y hay que
enseñar a los niños a sembrar y plantar, cuidar la viña del Señor.
Dele
tiempo a Dios, dele tiempo a la familia,
Proverbios
11:24
24
Hay quienes reparten, y les es añadido más;
Y
hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.
Luc
18:9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban
a los otros, dijo también esta parábola: -10 Dos hombres subieron
al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. -11 El
fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te
doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos,
adúlteros, ni aun como este publicano; -12 ayuno dos veces a la
semana, doy diezmos de todo lo que gano. -13 Mas el publicano,
estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se
golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. -14
Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro;
porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se
humilla será enaltecido.
“Bienaventurados
los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”.
(Mt 5,3).
Cuando
escuchamos esta bienaventuranza, tal vez no nos identificamos en
ella, quizás porque no nos consideramos pobres de espíritu, pues,
Debemos
reconocer siempre que nadie es autosuficiente espiritualmente, todos
necesitamos la vida, la gracia sustentadora del Espíritu Santo.
La
bienaventuranza viene cuando reconocemos nuestra necesidad en Cristo
y su Palabra. Debemos doblegar nuestro orgullo, no seamos como el
fariseo, que oraba y daba diezmos, y despreciaba porque en su corazón
no había compasión.
Debemos
fundamentarnos en la roca de Cristo. Debemos estar fortalecidos y
preparados para amar a Dios, anhelar su Palabra y guardarla en el
corazón. Vendrán momentos difíciles. Pero en este fundamento
vendrá aquella gracia especial que el Señor concede a aquel
remanente que le busca.
Porque
vendrán tiempos difíciles,
Is
9:20 Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre, y comerá
a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne de su
brazo;
Las
mujeres son más sensibles que los hombres, y son más conscientes
del peligro. Pero en el tiempo anterior a la gran tribulación las
mujeres se convertirán en insensibles y no serán conscientes del
peligro, no se darán cuenta del juicio inminente.
Para
el pueblo que da la espalda a Dios y se centra en sus propios
placeres, es una advertencia a los que se sientan cómodos en una
tranquilidad negligente, disfrutando de cosechas, ropas, tierras,
mientras que el enemigo se acerca.
La
riqueza y el lujo dan una falsa seguridad, nos adormece y lleva a
pensar que todo marcha bien; cuando el desastre está a la vuelta de
la esquina.
Quien
abandona los propósitos de Dios para su vida, también abandona su
ayuda su cobertura. Terribles consecuencias trae la apostasía.
Cada
vez que el pecado, la oscuridad y el mundo logren invadir la iglesia,
también sus miembros deben lamentarse y clamar para que Dios
restaure la justicia y la plenitud en su casa.
Dios
actúa desde arriba para cambiar la condición del hombre aquí en la
tierra y sólo cuando el Espíritu de Dios está entre nosotros
podemos alcanzamos la paz y la verdadera prosperidad.
Podemos
tener el Espíritu de Dios ahora, está al alcance de todo creyente
por medio de Cristo. El derramamiento sucederá en su totalidad
cuando se establezca el Reino de Dios para la eternidad.
Isaías
profetiza sobre el justo reinado del Rey.
La
justicia y bendición del reino milenario sucederán porque se
derramará el Espíritu de Dios sobre el pueblo y obrará en el
corazón del pueblo.
Joel
2:28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y
profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos
soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
En
la mente y el corazón del profeta jamás se cruzó un cambio de
dinastía de un Rey que no fuera de la casa de David, es la esperanza
profética mesiánica. El ideal de la justicia y el derecho estaba
personificado en el Rey que vendría.
El Señor nos concede un libre albedrío; cuando actuamos en nuestra propia voluntad de hombre creamos una paradoja, pues nuestros actos, decisiones, acciones no son voluntad de Dios. Pero Dios es soberano y cumplirá su propósito, Jonas no quería ir a Ninive, y el Señor lo llevó en una ballena.
Hoy
las bendiciones de redención llegan al pueblo de Dios por medio del
Espíritu Santo que ha sido derramado como ríos de agua viva sobre
la iglesia, para ello debemos confiar en la voluntad de Dios,
escuchar su Palabra en fe y amor.
Hch
1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea,
en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
El
propósito principal del bautismo en el Espíritu de Dios es el de
recibir poder para testificar acerca de Cristo de manera que los
perdidos lo acepten como su Salvador y Dueño y aprendan a
obedecerlo, conocerlo, amarlo, adorarlo como el Señor del pueblo
escogido por Dios.
El
poder significa más que fuerza o capacidad; designa el poder
en acción para testificar con gran eficacia, debido a la
relación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
El
Espíritu Santo descubre y hace más palpable para el creyente la
presencia personal de Jesucristo. Cualquier testimonio de una íntima
comunión con Cristo resultará en un deseo cada vez más intenso de
amar, honrar y agradar al Salvador, y serán testimonio de su obra
redentora manifestando amor, verdad y justicia en su vida.
Mt
5:13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se
desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino
para ser echada fuera y hollada por los hombres.
La
oposición al ministerio de iniquidad es el Espíritu Santo, en el
ministerio de conciliación de la iglesia en la cual mora el Espíritu
Santo. Nosotros somos la sal de esta tierra.
Cristo
se refiere a los creyentes como la sal de la tierra que preserva y
que impide la corrupción.
Una
vez sea quitado ese elemento preservativo, la iniquidad y el desorden
inundarán el mundo.
El
Señor no es solamente un Rey, sino un Salvador. Él conoció los
vientos y las tempestades del juicio del pecado por nosotros. Él es
una roca para nuestra protección. Él es nuestro refugio.
El
pueblo de Dios debe crecer en gracia y amor, tener paciencia y
sabiduría en las persecuciones, finalmente la justicia de Dios
prevalecerá, los impíos sufrirán y a los justos se les dará
descanso junto a Cristo porque Él se llevará a su pueblo.