3 de Juan
3
Juan
Tercera
Epístola del Apóstol Juan.
Los
tres hombres que se mencionaron en esta tercera epístola de Juan. En
primer lugar, Juan mencionó a Gayo. Él era el hermano amado, a
quien se dirigía esta carta. Pero en la iglesia a la cual asistía
Gayo había otro hombre llamado Diótrefes, era o no creyente?. No lo
sabemos. Pero lo que se dijo en cuanto a él es que ambicionaba
ocupar el primer lugar. Y esto hizo que él dejara de recibir a otros
hermanos, es decir, a todos los evangelistas y maestros que viajaban
de un lugar a otro. Además, expulsaba a cualquiera de la iglesia que
recibiera en su propio hogar a algunos de esos hermanos. Esto era
algo verdaderamente trágico, ya que ellos estaban viajando por el
país y eran en realidad eficaces maestros de la Palabra.
Juan
elogia a Gayo por un aspecto peculiar de su andar en la verdad, ha
sido fiel en ayuda a los misioneros viajeros. Les ha proporcionado
alojamiento, alimento, dinero y cualquiera otra ayuda que necesitaran
para su trabajo.
Tito
3:13 A Zenas intérprete de la ley, y a Apolos, encamínales con
solicitud, de modo que nada les falte. -3:14 Y aprendan también los
nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para
que no sean sin fruto.
La
entrega de Gayo a la causa misionera de Cristo era tan sobresaliente
que los misioneros se la habían mencionado a Juan. Gayo trató a
esos predicadores del evangelio con el amor que les tenía a ellos,
al evangelio y a los incrédulos.
En
el versículo 2 de esta epístola, Dios quiere que los creyentes
disfruten de buena salud y de sus bendiciones. Él quiere que nos
vaya bien en todo, que los esfuerzos, planes, propósitos,
ministerios, familias vayan de acuerdo con la voluntad y la dirección
de Él. Así las bendiciones de Dios mediante la redención en Cristo
tienen un propósito de satisfacer las necesidades físicas y
espirituales.
Con
relación a la prosperidad tanto física como espiritual, la Palabra
enseña lo siguiente:
1.-
Prosperado en todas las cosas, que literalmente significa “tener un
buen viaje, ser guiado por un buen camino”. La oración primordial
de Juan era que, al andar por el camino de salvación, los creyentes
sigamos en la voluntad de Dios y en su verdad, y disfrutemos de sus
bendiciones.
2.-
Dios quiere suplir a los creyentes que ganemos lo suficiente para la
vivienda, alimento, vestido, para nuestras necesidades y de nuestras
familias y llevar adelante la causa de Cristo (Fil 4:15-19).
Fil
4:15 Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de
la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna
iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros
solos;
4:16
pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis
necesidades.
4:17
No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra
cuenta.
4:18
Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo
recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio
acepto, agradable a Dios.
Sabemos
que Dios puede darnos suficiente para nuestras necesidades y que
promete suplirnos para lo que necesitemos “conforme a sus riquezas
en gloria en Cristo Jesús”
3.-
Aunque se puede pedirle a Dios que supla todas las necesidades
materiales, hay que reconocer la enseñanza de la Palabra de que Dios
puede permitir que sus hijos pasen por tiempos de necesidad. En la
pobreza o en la necesidad material a fin de recibir ánimo en confiar
más en Él, y cultivar la fe, la paciencia espiritual y el
ministerio.
Rom
8:35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o
angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
8:36
Como está escrito:
Por
causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos
contados como ovejas de matadero.
8:37
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de
aquel que nos amó.
8:38
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles,
ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
8:39
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
4.-
Se pueden padecer angustias severas por causa del testimonio y del
servicio a Cristo. Vienen la persecución y la opresión por parte
del mundo.
Se
puede sufrir la pobreza debido a circunstancias de país o naturales
como la guerra, el hambre, la sequía o malas condiciones económicas
o sociales.
Luc
6:20 Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía:
Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de
Dios.
6:21
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis
saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
6:22
Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os
aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo,
por causa del Hijo del Hombre.
6:23
Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón
es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los
profetas.
Hch
11:28 Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender
por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra
habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio.
11:29
Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía,
determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea;
11:30
lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de
Bernabé y de Saulo.
La
presencia, el auxilio y la bendición de Dios en la vida física de
cada creyente está relacionada con la prosperidad de su vida
espiritual. Debemos buscar la voluntad de Dios, obedecer al Espíritu
Santo que no guie, permanecer separados del mundo, amar la Palabra de
Dios, pedir su ayuda en oración, trabajar duro, confiar en que Dios
suplirá para nuestras necesidades, y vivir buscando ante todo el
reino de Dios y su justicia.
Stg
1:19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír,
tardo para hablar, tardo para airarse;
1:20
porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
1:21
Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia,
recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar
vuestras almas.
1:22
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos.
Porque ellos salieron
por amor del nombre de Él, sin aceptar nada de los gentiles.
Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos
con la verdad.
Es deber y privilegio
del pueblo de Dios ayudar a satisfacer las necesidades de los
misioneros y contribuir a su obra. No tratarlos como mendigos, sino
con amor, recibirlos como al Señor y siervos suyos que llevan el
evangelio al mundo.
En la iglesia primitiva
el envío de misioneros incluía provisión de lo necesario para su
viaje y el subministro de alimento y dinero para gastos y vivir de
manera debida. Al sustentar a los misioneros el pueblo de Dios
colabora en la difusión de la verdad.
Las
adversidades, problemas y necesidades se deben afrontar con la
oración y la plena confianza en Dios.
La
oposición de Diótrefes
3
Ju 9 Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta
tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. -10 Por esta causa,
si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras
malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a
los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohibe, y los
expulsa de la iglesia.
Diótrefes,
Juan
había dicho de Diótrefes que era uno que ambicionaba tener el
primer lugar de importancia entre los demás. Y una de sus malas
acciones consistió en propagar comentarios negativos contra el
Apóstol Juan y contra los demás apóstoles, porque él pretendía
ser el único líder de una iglesia. Era una persona que solo pensaba
en sí mismo, se daba mucha importancia, y posiblemente debía
haberse elegido a sí mismo para un cargo relevante en la iglesia.
Era una de esas personas que no admitía discrepancias con su forma
de pensar y consideraba como adversario a cualquiera que se le
opusiera.
El
apóstol Juan dijo, al principio de este versículo, Por esta causa,
si yo voy, él tenía toda la intención de hacer el viaje. No había
ninguna duda en su mente, en cuanto a sus deseos de hacerlo, para
realizar exhortación y sin duda la haría en oración a Dios.
Por
esta causa, si yo voy, recordaré a Diótrefes las obras que hace
parloteando palabras malignas contra nosotros.
En
el Cristianismo, la palabra importante es "la verdad", la
verdad se manifiesta a sí misma en el amor.
Diótrefes,
ambicionaba ocupar el primer lugar, y esa es una de las
características de la naturaleza física o carnal, ya que el fruto
del espíritu es humildad. Pero Diótrefes era un déspota, un
dictador.
La
humildad o mansedumbre no indica necesariamente debilidad o
cobardía. Lamentablemente, no había en esa iglesia personas que
hablaran en contra de Diótrefes. A Moisés se le consideraba un
hombre humilde. Pero cuando él se ponía en pie y hablaba al pueblo
de Israel, no parecía ser un hombre muy manso y humilde, en el
sentido en que nosotros imaginamos la humildad. Él hablaba clara y
directamente, con la autoridad que Dios le había dado.
El
Señor Jesús era manso y humilde, pero en una ocasión, expulsó a
los vendedores del templo.
Juan
advirtió en cuanto a este tema, cuando dijo: Si yo voy, recordaré
las obras que hace. Este personaje, Diótrefes, en ninguna manera
exhibió en su vida aquello que era precisamente la señal de un
cristiano. Podemos decir que él, aparentemente, no conoció la
verdad.
En
el versículo 10 : profiriendo parloteando palabras malignas contra
nosotros. Este hombre estaba tratando de destruir completamente la
efectividad de los apóstoles, y especialmente la de Juan.
Juan
exhorto a Diótrefes “si yo fuere allí, no voy a dejar de
reprocharle personalmente su comportamiento, y también lo haré
públicamente, ya que está actuando con verdadera malicia y
expresando palabras malintencionadas contra nosotros". Es una
manifestación escrita y verdad extendida en las sagradas escrituras.
A
un personaje como Diótrefes, le encanta presidir reuniones y que se
hagan las cosas a su manera.
Versículo
10: Y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los
que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia.
Cuán
lejos llegó este personaje. Expulsaba de la iglesia a todos los que
el apóstol Juan había recomendado. La presencia de una persona como
ésta en una congregación, basta para destruirla.
Juan
"el apóstol del amor", el Señor Jesucristo le llamó "el
hijo del trueno".
Y
estamos seguros de que cuando Juan llegó a aquella congregación,
figurativamente hablando, se desató una verdadera tormenta, porque
el apóstol iba a tratar directamente con este hombre llamado
Diótrefes con la autoridad de Dios.
Episodios
como éste constituyen ejemplos para la vida pastoral en nuestro
tiempo, para prevenir este tipo de situaciones y tomar medidas que
eviten divisiones y enfrentamientos en ciertos círculos cristianos.
"Amado,
no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios,
pero el que hace lo malo no ha visto a Dios."
Juan
animó a Gayo a que continuara practicando el bien y nuevamente
enfatizó que el que actuaba con justicia, era un hijo de Dios. Pero
el que no practicaba la justicia no había nacido espiritualmente de
Dios.
Demetrio,
un hombre serio y fiable
Demetrio,
es uno de los fieles creyentes desconocidos del pasado, pero que fue
maravillosamente utilizado por Dios.
Buen
testimonio acerca de Demetrio
2
Ju 11 Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno
es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios. -12 Todos
dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también
nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio
es verdadero.
Este
fue el tercer personaje. Era una persona amable y cualquiera que lo
conocía se alegraba de su compañía. Así como Gayo era una persona
encantadora y Diótrefes un déspota, Demetrio era una persona en la
que se podía confiar. Versículo 12 de esta tercera epístola de
Juan:
"Todos
dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también
nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio
es verdadero."
Todos
daban buen testimonio de este hombre, incluso la verdad misma. Era
espiritualmente sano en la fe. Y el apóstol llegó a decir de él,
nosotros también lo recomendamos. Toda verdad quedaba establecida
mediante el testimonio de dos o tres testigos. Y todos hablaban bien
de Demetrio. La verdad misma deba testimonio de él, y Juan dijo que
él también daba testimonio y lo enfatizó diciendo: y vosotros
sabéis que nuestro testimonio es verdadero.
Por
supuesto que la iglesia sabía que el testimonio de Juan era veraz,
porque tenía autoridad.
Demetrio
era uno de aquellos fieles creyentes que Diótrefes había expulsado
de la iglesia. Solo tenemos un versículo que nos habla de Demetrio,
y es toda la información que tenemos sobre él. Nunca se le volvió
a mencionar en las Sagradas Escrituras. Sin embargo este único
versículo de la Biblia nos proporciona una perfección clara del
carácter cristiano de este noble personaje. No lo podemos
identificar con ningún otro individuo del mismo nombre. Su nombre
significa "perteneciendo a Deméter".
El
nombre de aquel cristiano lo identifica como un convertido del
paganismo. Evidentemente, fue criado en un hogar pagano que adoraba a
los dioses de los Griegos y los Romanos. Y este hombre, una vez
convertido, viajaba por varios lugares enseñando la Palabra de Dios.
Y por su personalidad, adornó la doctrina de Cristo, otros
testificaron de su carácter, y el fue fiel a la doctrina de las
Escrituras. Nuestro testimonio habla de nuestras cualidades y también
de nuestros defectos.
Demetrio
se encontraba entre ese grupo de hombres de quienes el apóstol Juan
dijo que Diótrefes no quería recibir. Era uno de los predicadores
itinerantes que recorrían ciudades y pueblos en el siglo primero,
hombres humildes, desconocidos y olvidados. Eran como los miembros de
un gran ejército que propagó el Evangelio por todo el Imperio
Romano, y gracias a cuya labor pudo decirse que todo el mundo Romano
de aquel tiempo, fue totalmente evangelizado. Estaban propagando su
mensaje más allá de sus fronteras, cuando la apostasía comenzó a
establecerse aparecieron hombres como Diótrefes.
Demetrio
fue una de las luces brillantes en el Nuevo Testamento, un creyente
que vivió para Dios una vida de santidad. En la actualidad y
alrededor nuestro, hay multitudes como él, no son cristianos
sobresalientes, son sencillamente creyentes que practican la
santidad, realizando la tarea que Dios les ha encomendado. De una
manera humilde, quizás solo están enseñando a un pequeño grupo de
estudiantes de la Biblia, personas que no están buscando
protagonismo ni notoriedad. No afanan en ocupar cargos importantes y
se limitan a formar parte de la iglesia de una forma que casi pasa
desapercibida para la mayoría, pero son realmente las columnas de la
iglesia. Llevan el peso del trabajo y animan al predicador o a las
autoridades de la iglesia. Podemos decir que los que se parecen a
Demetrio, y por los que tenemos que dar gracias a Dios, constituyen
una gran mayoría de la iglesia, y los que se parecen a Diótrefes,
son una insignificante minoría.
Demetrio
había demostrado tener una fe probada con el transcurso del tiempo.
Esa constancia, esa continuidad, y el hecho de que los cristianos
supieran que se podía confiar en él, hicieron que la gente le
conociera como un hombre de Dios. Estaba a la altura de la definición
de un verdadero cristiano, de un fiel creyente. Una persona de
semejante talla, honraba a la doctrina cristiana y al nombre de
Cristo.
La
verdadera prueba de la vida cristiana no tiene lugar en los espacios públicos, respaldados por el aplauso y los elogios, al principio de
la iglesia, diremos que hubo unos cinco millones de mártires que
dieron testimonio de la verdad del Evangelio, entregando sus vidas
por la causa de Cristo, en los tres primeros siglos.
En
ellos no había nada espectacular, nada sensacional, nada que
sobresaliera de una forma especial; simplemente, vivieron para Dios.
Tenían un propósito para vivir, una dirección, una meta para
alcanzar. Y experimentaron una vida emocionante.
En
estos tiempos estamos pasando por la decadencia que caracterizo a
Roma en el siglo primero. Después de la segunda guerra mundial se desató un pesimismo insondable, sin ninguna esperanza para
el futuro.
Este
sentimiento, que ha afectado especialmente a los jóvenes, y que se
ha expresado a través de las más variadas formas en la música y en
otras manifestaciones del arte y la cultura, se ha venido
transmitiendo generación tras generación, hasta llegar a nuestros
días.
Es
evidente el escepticismo hacia todo aquello que sea sobrenatural, y
hacia valores espirituales y morales que se encuentran en las
Sagradas Escrituras, y cuyo abandono está causando crecientes daños
a la infancia, a la juventud y a la convivencia social.
Miramos
a aquellos cristianos de la iglesia primitiva con cierta nostalgia.
Aquellos hombres y mujeres, que se han perdido en el anonimato; no
los descubriremos en las páginas de ningún registro histórico,
pero algún día los encontraremos escritos en el libro de la vida,
por la mano del Cordero de Dios, del Hijo de Dios.
Juan
escribió lo siguiente en el versículo 14:
"Porque
espero verte en breve, y hablaremos cara a cara."
Este
encuentro va a ser una realidad para usted y para mí algún día.
Vamos a poder hablar con Juan cara a cara.
"La
paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda tú a los amigos, a
cada uno en particular."
Esta
es una hermosa forma de terminar la epístola.
Gayo,
Diótrefes y Demetrio. Hemos visto que la iglesia del siglo primero
estaba pasando por pruebas. En dos de estos personajes, hemos visto
un ejemplo de cristianos genuinos, auténticos. Y en Diótrefes, un
ejemplo de un cristiano falso.
En
esta carta hemos visto al Evangelio encarnado en personas que
transitaron por aquellos caminos Romanos. Y a pesar de que, a veces,
nuestras fuerzas flaqueen, en nuestro tiempo necesitamos hacer
circular el Evangelio, tanto por los caminos más concurridos del
mundo de nuestra generación, como por los senderos más apartados y
solitarios.