Poniendo la mira en las cosas de arriba
Debido a que nuestra vida
está con Cristo en el reino de los cielos, debemos pensar en las cosas de
arriba y dejar que determinen en nuestras vidas. Aprendamos a valorar, juzgar y
considerar todas las cosas desde una perspectiva eterna y celestial. Las metas
y esfuerzos deben ser el buscar las cosa espirituales, resistir al pecado, y
revestirse del carácter de Cristo. La gracia, el poder, las experiencias y
bendiciones espirituales están con Cristo en el reino de los cielos.
Col 3:1 Si, pues, habéis
resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a
la diestra de Dios. -3:2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la
tierra. -3:3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en
Dios. -3:4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros
también seréis manifestados con él en gloria.
Sal 110:1 Jehová dijo a mi
Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus
pies.
Este salmo profetiza
acerca de Jesucristo. Afirma su deidad, el señorío del Mesías, su sacerdocio,
la destrucción del mal y afirma su reino en la tierra.
Aun cuando la sana
doctrina y la vida santa son parte esencial de la redención en Cristo, lo que debe
predominar siempre es la comunión con Él en su amor.
La fe en Jesucristo como Señor y Salvador es lo único que Dios requiere para la salvación. Por Él somos reconciliados con Dios y por la obra regeneradora del Espíritu Santo.
No hay nada que deba
tenerse en mayor estima que una relación fiel con Dios y su Palabra revelada en
las sagradas escrituras.
La idolatría puede incluir profesar fidelidad a Dios y su Palabra mientras que al mismo tiempo demos mayor fidelidad a las cosa del mundo, personas, bienes materiales, tradiciones o autoridades en la tierra.
Cuando la gente no anda
satisfecha con lo que tiene sino que anda codiciosa, no vacilará en dar su
lealtad a sus deseos desplazando la confianza y la fe en Dios. Es una idolatría a la avaricia y a la codicia, aunque en realidad
adoran a demonios que andan detrás de ello. Jesús declaró de que ninguno
puede servir a Dios y a las riquezas (Mt 6:24), y Pablo hizo la advertencia de
que los creyentes no pueden beber la copa del Señor, y la copa de los demonios
(1Co 10:21).
La relación entre la
idolatría y los demonios se ve con mayor claridad en las costumbres paganas del
espiritismo, hechicería, adivinación. Todas estas
prácticas ocultistas implican rendir homenaje a la oscuridad.Debemos rechazar toda adoración y oración a cualquier otro que no sea el Padre, Hijo y Espíritu
Santo. No hay nada que deba tenerse en mayor estima que una relación fiel con Dios y su Palabra tal y como está revelada en la Biblia. Los falsos maestros pueden inducir a invocar y adorar a los ángeles
como mediadores, ello sería reemplazar a Jesucristo como suprema Cabeza de la
Iglesia. Toda idolatría se inmiscuye en la gloria de Dios y produce deshonra a
su nombre.
Para no desviarnos de la
senda en Cristo constantemente debemos leer y estudiar la Palabra de Cristo,
meditar en ella, orar hasta que more con toda su riqueza en el corazón. Sal
119:11 En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.
Tomamos la irreversible decisión de permanecer fiel a la Palabra de Dios. Buscando al Señor en oración pidiendo su dirección. Alegrándonos y deleitándonos con lo que Dios dice. Pronunciándonos abiertamente en favor de la verdad de Dios, considerando el resultado y testimonio de los caminos de Dios frente a los caminos del mundo.
El propósito principal en
nuestra vida es agradar a Dios y promover su gloria. Por lo tanto todo aquello
que no honre a Dios no debe hacerse.
Ez 10:4 Entonces la gloria
de Jehová se elevó de encima del querubín al umbral de la puerta; y la casa fue
llena de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria de
Jehová.
La gloria de Dios se
refiere a la visible presencia de Dios entre su pueblo, llamada “Shekinah”, era
empleada por los rabinos para describir una visible manifestación de la
presencia y la gloria de Dios. Moisés vio la gloria Shekinah de Dios en una
columna de nube y fuego, que cubrió en monte Sinaí cuando Dios dio su ley.
Dios mora entre los
querubines en el Lugar Santísimo. Hoy la gloria Shekinah es Jesucristo que está
sentado a diestra del Padre. Los discípulos la vieron en la transfiguración de
Cristo (Mt 17:2; 2P 1:16-18) y Esteban la vio en el momento de su martirio (Hch
7:55).
El propósito de la transfiguración fue para que su el círculo íntimo de sus discípulos pudieran tener una mayor comprensión de quien era Cristo y pudieran percibir su gloria, y tendrían una mayor conciencia de su divinidad, aunque no la pudieran comprender plenamente. La aparición de Moisés y Elías muestra que la Ley y los profetas deben ceder el paso a Jesús "A Él oíd", aquel que es el nuevo camino vivo, el nuevo pacto que reemplaza el antiguo. La glorificación y entronización como Rey de reyes y Señor de señores.
El propósito de la transfiguración fue para que su el círculo íntimo de sus discípulos pudieran tener una mayor comprensión de quien era Cristo y pudieran percibir su gloria, y tendrían una mayor conciencia de su divinidad, aunque no la pudieran comprender plenamente. La aparición de Moisés y Elías muestra que la Ley y los profetas deben ceder el paso a Jesús "A Él oíd", aquel que es el nuevo camino vivo, el nuevo pacto que reemplaza el antiguo. La glorificación y entronización como Rey de reyes y Señor de señores.
La gloria de Dios es su presencia espiritual y de poder. Aun cuando los cielos declaran la gloria de Dios y toda la tierra está llena de su gloria, el esplendor de la majestad de Dios no es ahora visible. Sin embargo, los creyentes en Cristo experimentamos la gloria y la presencia de Dios en su proximidad, su amor, su justicia y sus manifestaciones mediante el poder del Espíritu Santo (2Co 3:18).