LA PAZ
Juan
14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el
mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
La palabra hebrea para paz es shalom, va más allá que la
ausencia de la guerra y del conflicto su significado es armonía, integridad,
firmeza, bienestar y éxito en todas las esferas de la vida.
La paz de Cristo bendito legado, es el testamento de Jesús firmado y sellado en presencia de los once apóstoles, y nadie puede disputar su legado, porque Cristo vive para ver que cada estipulación contenida en el testamento se cumpla y además es aplicable en cada simiente comprada con su sangre.
Bendito legado de nuestro Señor, su paz con todas las
criaturas, Dios ha hecho una alianza de paz entre su pueblo y el universo entero.
La paz que existe en medio del pueblo de Dios, porque la paz
de Dios ha de reinar nuestros corazones a través de Jesucristo, de cada quien
hacia su hermano a través de lazos de concordia.
La paz con Dios es la fuente principal, paz y buena voluntad
para con los hombres, fuimos conciliados con Cristo que derrumbó la pared que
nos separaba de Jehová, y cuando el pecado es quitado hay una paz substancial
de Dios para con nuestras almas.
La paz con nuestra propia conciencia es el arroyo de
aguas cristalinas que surge de la paz de Dios que es el tratado y la fuente.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley
(Ga 5:22-23).
El legado de Cristo es una paz de dulce gozo, amistad, acuerdo, amor y unión eterna de quieto descanso del entendimiento y la conciencia.
Mientras transcurren los días angustiosos y agitados del fin
de la historia, Dios guardará en perfecta paz al remanente que permanezca firme
y fiel a su Señor, debemos esforzarnos de forma constante en oración, confianza
y esperanza, pues Él es una roca que permanece para siempre, Él es un
fundamento firme y seguro.
Jeremías
33:6 He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los
curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.
Justificados por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo por quien hemos recibido la reconciliación.
Dios les bendiga