El mensaje a Éfeso
Apocalipsis
2:1 Escribe al ángel de la
iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda
en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
2:2 Yo conozco tus obras, y
tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has
probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado
mentirosos;
2:3 y has sufrido, y has
tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has
desmayado.
2:4 Pero tengo contra ti,
que has dejado tu primer amor.
2:5 Recuerda, por tanto, de
dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré
pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
2:6 Pero tienes esto, que
aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.
2:7 El que tiene oído, oiga
lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del
árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
Una de las mayores
preocupaciones que Cristo expresó en su mensaje final a las siete iglesias es
que no cayeran en la tolerancia a los falsos maestros, profetas o apóstoles que
estaban tergiversando su Palabra y debilitando su poder y autoridad. Cristo instruye
a las iglesias a que prueben todo aquel que dice tener autoridad espiritual por
aceptar en vez de resistir a los infieles a la verdad y las normas de la
Palabra de Dios.
No es suficiente conocer
doctrina correcta, algunos mandamientos y adorar en la iglesia. Sobre todo la
iglesia debe amar de todo corazón a Jesucristo y toda su Palabra, en pureza de
vida y en amor a la verdad.
Cristo rechazará cualquier iglesia y
la quitará de su reino si no se arrepiente del permitir que mengue su amor y
obediencia a Él.
Dios detesta la herejía que
enseña que se puede ser salvo y al mismo tiempo llevar una vida inmoral.
Los nicolaítas es una secta
a la cual se atribuye la paternidad al diácono Nicolás de Antioquía, se menciona
en Hch 6:5, éstos tenían la teoría de maltratar o despreciar la carne como
principio de libertinaje y provocó en algunas interpretaciones judías la
desviación moral y religiosa de Israel, se define la doctrina de los nicolaítas
como profundidades de satanás (Ap 2:24).
Aborrecer lo que Dios
aborrece es una característica esencial de quienes son fieles en Cristo (Sal
139:21).
Un vencedor es alguien que
por la gracia de Dios recibida mediante la fe en Cristo ha experimentado un
nuevo nacimiento y permanece en constante victoria sobre el pecado, el
mundo y satanás. No hay alternativa
intermedia ni grupo de personas que no tenga que aceptar una de esas dos
opciones, o se vence al pecado o se es vencido por ellos y finalmente se es
lanzado al lago de fuego.
Dios le bendiga