El gran propósito de Dios es glorificar a Su Hijo
El gran propósito de Dios es
glorificar a Su Hijo, el Señor Jesucristo, en dos esferas: en el cielo y en la
tierra. En el futuro, Dios pondrá sobre Su Hijo la responsabilidad de la
administración de todas las cosas involucradas en estas dos esferas. Este es el
misterio de su voluntad, que El se propuso en Sí mismo, antes que el mundo
fuese hecho (Ef. 1:8-10). La profecía muestra como Dios llevará a cabo este
gran propósito en lo que respecta a Su Hijo.
El objeto de la profecía bíblica no
es la iglesia, ni es Israel y las naciones gentiles de la tierra, aunque ambos
serán bendecidos como resultado del cumplimiento de los propósitos divinos. El
objeto de la profecía es el Señor Jesucristo. El testimonio de Jesús es el
espíritu de la profecía (Ap. 19:10). La profecía trata de la tierra porque es
el lugar que Dios ha elegido para cumplir Su voluntad con respecto a Su Hijo.
Consecuentemente, Israel y las naciones están a la vista en la profecía, pero
no son en sí mismos el objeto de la profecía.
La profecía no ha sido dada
simplemente para satisfacer el intelecto humano en cuanto a los eventos
futuros, sino para traer gloria, honor y alabanza a nuestro Señor Jesucristo.
Cuando leemos las Escrituras proféticas, debemos buscar qué es lo que el
Espíritu de Dios está mostrando acerca de Cristo y Su gloria, porque El es el
objeto de la profecía. Muchos cristianos toman la Palabra de Dios para ver qué
es lo que Dios dice en ella acerca de su destino, y seguramente hay mucho que
Dios tiene para decirnos sobre nuestro camino y nuestro andar; pero realmente
deberíamos tomar la palabra de Dios primeramente para ver lo que Dios tiene que
decir acerca de Su amado Hijo, y lo que es propio de El, porque su gloria es la
clave para entender su Escritura, y luego ver su aplicación en nosotros (Lc
24:25-27), (Jn 5:39), (Hch 17:2-3,11), (1 P 1:11).
Cuando Dios por el Espíritu escribió las
Escrituras, tenía a su Hijo delante de El, y si nosotros queremos entender lo
que hay en Su Palabra, necesitamos tener a Su Hijo frente a nuestros corazones.
Dios quiere darnos el estar en comunión con El y con su Hijo, mientras
estudiamos las escrituras proféticas.
“Lo que hemos visto y oído, eso os
anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros, y nuestra
comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (1Jn 1:3).
cita: B. Anstey
Dios les bendiga grandemente,
cita: B. Anstey
Dios les bendiga grandemente,