El gran propósito de Dios es glorificar a Su Hijo
El gran propósito de Dios es glorificar a Su Hijo, el Señor Jesucristo, en dos esferas: en el cielo y en la tierra. En el futuro, Dios pondrá sobre Su Hijo la responsabilidad de la administración de todas las cosas involucradas en estas dos esferas. Este es el misterio de su voluntad, que El se propuso en Sí mismo, antes que el mundo fuese hecho (Ef. 1:8-10). La profecía muestra como Dios llevará a cabo este gran propósito en lo que respecta a Su Hijo. El objeto de la profecía bíblica no es la iglesia, ni es Israel y las naciones gentiles de la tierra, aunque ambos serán bendecidos como resultado del cumplimiento de los propósitos divinos. El objeto de la profecía es el Señor Jesucristo. El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía (Ap. 19:10). La profecía trata de la tierra porque es el lugar que Dios ha elegido para cumplir Su voluntad con respecto a Su Hijo. Consecuentemente, Israel y las naciones están a la vista en la profecía, pero no son en sí mismos el objeto de ...